El macabro juego de ‘ensayo-error’

30/10/2020
 Actualizado a 30/10/2020
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Pasó en la primera ola y ha vuelto a suceder en esta. España puede ir en cabeza, abriendo camino con el perjuicio que eso supone a la hora de no tener la opción de anticiparse para tomar medidas (aunque seguramente tampoco se hubiese hecho), pero la realidades que detrás uno tras otro de los países europeos han ido llegando al mismo trágico punto de destino.

La pesadilla que se inició en marzo dio apenas un par de meses de descanso, en los que sin desaparecer del todo sí que pareció dar un respiro, pero ha regresado de la peor manera condicionando el presente pero también marcando un futuro cercano que se antoja tremendamente complicado.

Urge tomar medidas. Drásticas. Y que lógicamente nos condicionarán y afectarán, pero que son imprescindibles. El problema es que, como es una situación nunca antes vivida, acertar a la primera es prácticamente imposible y el macabro juego de ‘ensayo-error’ es una realidad difícil de evitar.

La verdad es que no querría estar en el pellejo de quienes ahora mismo tienen que tomar decisiones. Tomes la que tomes, va a haber mucha gente que se va a mostrar radicalmente en contra. Y es que acertada o no, cada uno tendremos nuestra opinión.

La última en entrar en vigor es el toque de queda, al que sinceramente sí le veo utilidad, pues es indiscutible que hay un determinado horario en el que crecen las opciones de irresponsabilidad de la gente. Obviamente si todos cumpliéramos y no se hicieran estupideces, como debería ser, sería totalmente ineficiente; pero como por desgracia no es así no será la solución definitiva pero puede ayudar.

Desde luego es un paso adelante con respecto al confinamiento perimetral de ciudades como León, Ponferrada o San Andrés, cuyo funcionamiento era nulo e imposible de controlar, recayendo realmente en la responsabilidad individual de la gente el llevarlo a cabo.

De hecho, quizá es que no hay que implantar más medidas nuevas. Valdría más que, para el resto de las ya impuestas, haya más (mejor dicho, algún) control en calles, barrios, cuarentenas, salidas de institutos y facultades, terrazas, etc, para que de verdad se cumplan.
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