El lúpulo, una planta con raíces en León

Más del 90% del lúpulo nacional se produce desde la década de los 50 del pasado siglo en León, un cultivo lleno de recuerdos y vivencias en torno a su recolección y posicionado en el mercado internacional

ACCL
08/08/2017
 Actualizado a 17/09/2019
La recolección del lúpulo, que requería abundante mano de obra, era un evento que se convertía en fiesta familiar.
La recolección del lúpulo, que requería abundante mano de obra, era un evento que se convertía en fiesta familiar.
Desde la Asociación de Cerveceros Caseros Leoneses queremos dar una especial relevancia a un ingrediente esencial en la elaboración de cerveza, que no es otro que nuestro lúpulo. Y digo esto porque en León se cultiva la mayor parte de la producción de lúpulo español (más del 90%) desde la década de los 50.

El cultivo del lúpulo ‘Humulus lupulus’ en León es algo que lleva parejo muchos recuerdos y vivencias que despiertan esos aromas tan característicos, de esta planta tan peculiar. Remontándonos tiempo atrás, sobre todo a su recolección, que requería abundante mano de obra, pues se realizaba de forma manual. Reuniendo a familias enteras en torno a esta actividad, que se convertía en una fiesta y aportaba un ‘dinerillo’ extra.

Dejando atrás esta parte sentimental de los que ya tenemos cierta edad, el lúpulo ya cosechado, es esa flor, mota o cono, que produce la planta hembra y que contiene aceites en su polen que dan ese sabor tan característico a la cerveza, elaborada por la industria cervecera española desde hace ya seis décadas.

Si bien es verdad que el lúpulo utilizado por la industria es de variedades englobadas dentro de las ‘superamargas’, las cuales dan mucho rendimiento para el tipo de cerveza que estos elaboran, pero se quedan cortas a la hora de producir otros estilos dentro del amplio abanico que existe. La demanda de nuevas variedades más aromáticas por parte de micro cerveceras y cerveceros caseros, hace que las intentemos buscar fuera de España, con la consiguiente pérdida de calidad y encarecimiento debido al transporte y gran número de intermediarios. Por otro lado, parece ser que de un tiempo a esta parte se están dando ciertos pasos para cubrir estas necesidades. Un gran cambio en cuanto al posicionamiento a nivel internacional del lúpulo leonés, es la llegada de una gran multinacional alemana, que controla la mayor parte del lúpulo mundial.

Paralelamente, están surgiendo empresas, algunas de ellas en colaboración con estamentos estatales, que están realizando estudios de ciertas variedades creadas, aclimatadas y puestas en producción décadas atrás para su mejora, dado que tienen ese perfil más aromático tan codiciado en la actualidad y que aportaría al lúpulo leonés un nuevo activo. Su potencial ya lo hemos comenzado a comprobar micro cerveceras leonesas y nosotros mismos como caseros, con pequeñas elaboraciones a las que se les ha añadido estos lúpulos que se localizan residuales en algunas parcelas.

Por último y más importante, se encuentran los agricultores, que poco a poco intentan modernizar y adaptar sus sistemas de cultivo, recolección y secado a la demanda del mercado, y así conseguir que este cultivo leonés continúe siendo un referente a nivel nacional. Para ello, es imprescindible el apoyo de las administraciones, fomentando que las nuevas generaciones de agricultores puedan seguir viviendo de este cultivo como sus padres y abuelos lo hicieron hasta hoy.

¡Larga vida al lúpulo leonés!
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