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El ‘lexit’ versus Inés Arrimadas

12/01/2020
 Actualizado a 12/01/2020
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Mira que me caía bien doña Inés cuando la vi y oí por primera vez participar como portavoz del partido Ciudadanos, entonces formación de centro, en los debates televisivos de la Sexta Noche (la ‘sextapo’ según el pico de Federico J. ‘Losespantos’). Pero lo que son las cosas, una mujer de figura agraciada, capacidad dialéctica y corajuda actitud en los enfrentamientos parlamentarios, viró incomprensiblemente en compañía de su jefe el señor Rivera hacia una derecha ultramontana, mostrando con ello una gran torpeza política. Porque un partido, como Ciudadanos, que había conseguido electoralmente ser el partido más votado en Cataluña (25%), llamado en buena lógica a pactar con el PSOE y alcanzar así una general mayoría absoluta (2019), prefirió echarlo todo a perder, incluido el de destacados correligionarios, pasando de este modo de cincuenta y siete (abril) a diez escaños (noviembre) en la Cámara de Diputados. La coalición hubiera evitado nueva elección y gastos, además de permitir a doña Inés mostrar su indudable competencia al ocupar seguramente un alto puesto de gobierno. Producido el descalabro, su máximo dirigente, el señor Rivera, ha hecho mutis por el foro. Pero la señora Arrimadas sigue ahí dando bandazos a la diestra, camino de llevar a su partido a un porvenir más negro que una procesión de grillos por las calles de Adís Abeba. Y el colmo, en una actitud vergonzosa, procurar hacer mella en las filas socialistas al intentar captar tránsfugas para evitar la investidura del ‘sanchismo’.

Pero no es esto lo que me lleva a escribir estas líneas, sino la réplica a un mensaje en Twiter de esta andaluza de orígenes salmantinos pero catalanizada y culé: «Por si en España no hubiera ya suficientes problemas, ahora el PSOE apoya romper Castilla y León y crear otra comunidad autónoma más. Generando nuevos agravios y enfrentamientos entre ciudadanos de forma gratuita e irresponsable. Tremendo». Claro, señora Arrimadas, que los leoneses somos conscientes de los problemas nacionales, pero usted con tal regañina demuestra no saber de los problemas de los leoneses o le importan a usted un pito. El romper la actual comunidad de Castilla y León –inventada por un par de políticos tras una noche de insomnio patriótico– en favor de una comunidad genuinamente leonesa, no es un resentimiento, como creen algunos, sino un movimiento regionalista con base en la historia y las circunstancias, y que siempre ha estado latente. ¿Por qué cojones los leoneses hemos de convertirnos en ‘castellanoleoneses’, cuando solo queremos ser leoneses? ¿Cómo le sentaría a los catalanes y aragoneses, designarlos comunitariamente catalanoaragoneses? ¿Y a los navarros vasconavarros?

Ni es gratuita ni irresponsable reivindicar algo que está patente en la Constitución, como lo acredita el artículo 143 del capítulo tercero: «...las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en comunidades autónomas». Le recuerdo a doña Inés, que todavía las comunidades autónomas del Estado español no están fijadas nominalmente en la Constitución, por lo que reivindicar una autonomía propia independiente de Castilla no es un mero ‘lexit’ gratuito e irresponsable de un loco alcalde secesionista, sino apoyado por firmas tan prestigiosas, entre otras, como las de Juan Pedro Aparicio, Antonio Gamoneda, José María Merino, Julio Llamazares o Rogelio Blanco.

Tiempo ha, una Inés de Castro gallega amante de rey, reinó en Portugal después de morir. Mucho me temo que doña Inés Arrimadas muera sin reinar.
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