El leonés que pilotó el F-104... en camión

El sargento leonés Jairo Pérez fue uno de los militares encargados de traer hasta la base de Torrejón, desde Grecia, uno de esos aviones cargados de leyenda, el F 104, que pudimos ver volar en la película ‘Elegidos para la gloria’

Fulgencio Fernández
17/06/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Militares españoles que se desplazaron hasta la base de Agrinio para el traslado del avión. Jairo Pérez es el primero de la izquierda. |  J.M. GRACIA AGUEDA
Militares españoles que se desplazaron hasta la base de Agrinio para el traslado del avión. Jairo Pérez es el primero de la izquierda. | J.M. GRACIA AGUEDA
Para los amantes de la aviación hay aparatos que llevan escrito en su nombre una verdadera historia. Uno de ellos es el F-104 Starfighter, de uno de los más afamados ingenieros de la historia: Kelly Johnson, padre de otros mitos como el U-2 o el SR-71.

Todos los visitantes de la base aérea de Torrejón se detienen, desde hace unos meses, ante un viejo F-104 con distintivo de la Fuerza Aérea griega, que realizó su primer vuelo en 1954. Este avión había llegado a España como parte del Programa de Ayuda Militar Norteamericana para España, que incluía 21 F-104, que llegaron por vías marítima al puerto de Rota; según recuerda el coronel Luis Fernando García Mauriño, quien añade que «fueron operados por el Ejército del Aire entre 1965 y 1972, realizaron 17.707 horas de vuelo y no tuvieron ningún accidente, «que es digno de reseñar pues, por ejemplo, en Alemania la Luftwansa perdió 292 aviones con 115 pilotos en treinta años de vuelos».

Un histórico pues del que se podría añadir que este espectacular avión protagonizó las escenas de vuelo de Chuck  Yeager en la película ‘Elegidos para la gloria’.

Con el tiempo fue devuelto a la USAF americana y ésta fue quien se lo cedió posteriormente a Grecia, donde permanecía en un estado de preocupante deterioro.
Ya fue en 2013 cuando el personal del Ala 12, amante de la historia de la unidad, descubrió su existencia, comprobó su deterioro y solicitó su donación para ser empleado  como Avión Histórico. Y lo logró, lo que abría un complicado proceso para su regreso a España.

Entre el grupo de militares elegidos para hacerlo realidad se encontraba el sargento leonés Jairo Pérez González, de Villamanín, quien recuerda: «Un día cualquiera, entre viaje y viaje, recibo esta fabulosa noticia y, además, soy nombrado jefe de convoy».

A ello le siguió un minucioso estudio del trayecto, los puntos conflictivos, la infraestructura  necesaria —tres vehículos articulados, cunas y estructuras metálicas...— para lograr «la repatriación, tras largas jornadas de despiece del avión. «En la vuelta incluso pudimos hacer turismo». Tras paradas en Brindisi, Roma —ahí el turismo exprés— Civitavecchia... ya Barcelona, «es decir, nuestra querida España», dice Jairo Pérez, a quien bromeaban con que su ‘gesta’ era menor que la de sus antepasados de la Cepeda que ayer mismo habían ‘tomado’ con un bautizo otro  puerto: Canseco.
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