El leonés que mueve los hilos en Chipre

Tras pasar por la secretaría técnica del Levante, Santi Carpintero ejerce ese cargo desde enero en el AEK Larnaca / "Es algo que me apasiona y que creo que se me está dando bien"

Jesús Coca Aguilera
15/08/2020
 Actualizado a 15/08/2020
Santi Carpintero, a la izquierda, durante su presentación como secretario técnico del AEK Larnaca. | KERKIDA
Santi Carpintero, a la izquierda, durante su presentación como secretario técnico del AEK Larnaca. | KERKIDA
Son muchos los jugadores de élite que tienen la intención de seguir en el mundo del fútbol una vez que deben retirarse, pero casi todos suelen poner la mirada en los banquillos o en un segundo plano hacia la preparación física. Sin embargo, uno de los leoneses que mejor carrera ha hecho en las últimas décadas lo tuvo muy claro casi desde el principio. Es Santi Carpintero, que tras jugar en Primera con el Alavés y en Segunda tanto con los vitorianos como con el Albacete, el Levante, el Málaga y el Córdoba, sacó ya en 2011, el año después de retirarse, el título de director deportivo.

«Me gusta mucho el tema de empresas, economía y la dirección en sí. Me llamaba la atención el dirigir un club, manejar presupuestos, salidas, traspasos... es algo que siempre me llamó», reconoce el leonés, señalando que «creo que se me da bien y tengo visión para los sistemas y los perfiles de jugadores, quizá por cómo veía el fútbol desde el mediocentro, que tienes ese espectro de controlar el campo entero y al final sólo hay que ver que los mejores entrenadores jugaban en ese puesto».

Al año de retirarse sacó el título de director deportivo. «Siempre me llamó manejar presupuestos, traspasos...» Sin embargo en los primeros años, «al no tener oportunidades para trabajar de ello, me metí a hacer también el curso de entrenador, que me gustó y estaba dirigiendo a un equipo de niños en Gijón cuando me llamó Tito para irme al Levante».

Así pasó de un infantil a formar parte de la secretaría técnica de un equipo de Primera División, donde estuvo desde el verano de 2017 hasta enero de este año, cuando llegó de la mano de Arnal Llibert a su actual destino, el AEK Larnaca de Chipre en el que es secretario técnico.

«Le llamaron a él, que había jugado cuatro años en el AEK y trabajaba también en el Levante, y me dijo que si me venía, que quería un compañero», explica Carpintero, relatando cómo «miramos la opción, el proyecto, comprobamos la seriedad del club y las instalaciones, que parecía un Primera de España, y decidimos aceptar».

«En el confinamiento aquí mandabas un mensaje a un número, te autorizaban la salida y te daban 3 horas» «Somos sólo nosotros dos, así que nos repartimos el trabajo y hacemos todo codo a codo, él tiene la figura de director deportivo y yo de secretario técnico, aunque él es quien cierra las operaciones y tiene un contacto más directo, ya que su inglés también es más fluido», explica un Santi Carpintero al que su trabajo le «apasiona mucho y creo que se me está dando bien, sacando buenos resultados, así que estoy contento».

Aunque eso sí, todo superando un inicio turbulento por lo extradeportivo, pues a los dos meses de llegar a Chipre, que era su primera experiencia lejos de España, se produjo la epidemia sanitaria por el coronavirus.

«Fue algo curioso. Justo mi familia había aprovechado para venir a verme, ya que estaban en Fallas, y dos días antes del día que debían volver y tenían ya los billetes, nos confinaron aquí y tuvieron que quedarse», explica el leonés, que reconoce que «a la postre fue buena suerte, pues veíamos por televisión y radio cómo estaba la cosa en España de complicada y aquí en Chipre la verdad es que se hizo todo fenomenal».

«El objetivo es entrar entre los 3 primeros para meternos en Europa. Contamos con diez jugadores españoles» Así, Carpintero apunta que «creo que es el país de Europa con mejor situación y el quinto del mundo, eso da tranquilidad», aclarando que «estábamos confinados pero con medidas diferentes. Si querías ir por ejemplo a comprar o al médico, mandabas un mensaje a un número del Gobierno, te autorizaba la salida y te daba tres horas, y para ir a trabajar debías enseñar un permiso de la empresa si te paraban. Estaba controlado de verdad al 100%».

Pese a ello, la liga no se llegó a reanudar como en España, provocando que acabara en quinta posición un AEK Larnaca que venía en trayectoria ascendente desde la llegada de Carpintero en Navidad y los numerosos cambios que sufrió el equipo. «Sanidad dio el OK para poder competir pero los clubes decidieron no seguir adelante, sólo queríamos acabar el Anorthosis que era segundo y nosotros que estábamos a tres puntos de Europa».

«Sergio Fernández es un espejo en el que mirarse, siento gran admiración por lo todo lo que consigue» Ese ambicioso reto de regresar a la Europa League, para lo que deben quedar entre los tres primeros, es el que se propone para esta campaña, la cual empezará ya en apenas dos semanas. «El objetivo es ese, sabemos que competimos con rivales que son más poderosos, como Apoel que juga ‘Champions’ de forma habitual, el Omonia que lo hará este año, el Anorthosis o el Apollon que también es fuerte, pero nosotros tenemos 10 jugadores de nuestro país y en general metodología española, que cuando sales y ves el resto de Europa y el mundo, te das cuenta del nivel de entrenadores espectacular que tenemos aquí».

Y es que, al haber trabajado ya en España, tienen «más de 7.000 informes, llegamos más al futbolista español, conocemos a los agentes...», si bien también deben controlar «el mercado griego, israelí, turco o italiano, y nos vamos abriendo a otros europeos. Al final Chipre es una isla pequeña y es complicado sacar de cantera, porque los mejores o se van fuera o al Apoel o el Omonia, pero ante ligas como la de Hungría, Serbia o Croacia podemos ser apetecibles porque pagamos más que muchos equipos de allí».

Con la Cultural debutó con 17 años en Segunda B. «Volver es una ilusión que siempre estará ahí y nunca descartas» Como referencias, como no podía ser de otra forma, tiene también a un ‘paisano’ como Sergio Fernández, que le genera «gran admiración, es un director deportivo muy reconocido a nivel nacional que cada año se va superando, es de los mejores en cuanto a objetivos y cosas que consigue, no sé cómo trabaja aunque por su grupo lo intuyes, pero es un espejo en el que mirarse».

Y es que las metodologías varían y, por ejemplo en su caso, lo que hacen es «dividir las temporadas en varias partes. Un primer periodo de observación general de los distintos mercados, que el número dependerá del tamaño de la secretaría; otro más de seguimiento individual de los jugadores a los que has destacado o necesitas,observando en ese periodo tus carencias y lo que ves que se puede reforzar; y ya el último el de negociar o firmar, sabiendo que ahí te pueden salir oportunidades de mercado o situaciones imprevistas. Las nuevas tecnologías te dan pie a ver fútbol las 24 horas si quieres».

Todo además siendo «muy ordenados y transparentes con el Consejo y los presidentes. Pueden ver nuestros informes, viajes, trabajos... todo aquel a quien seguimos o lo que negociamos está digitalizado». Un método que seguían con éxito en el Levante y que consideran que «va muy fluido y da buenos resultados, en Valencia se mantuvo un balance económico bestial entre altas y bajas, se mejoró la cantera... se hicieron muchos cambios en la estructura pero se vio que funcionaba».

Ahora intenta aplicarlo en Chipre, donde tiene dos años más de contrato y está a gusto aunque sin que eso haga que oculte que el objetivo es «progresar en mi carrera y estar en España, que al final a nivel futbolístico es una de las primeras potencias mundiales, aunque sin renunciar a nada porque este mundo tan globalte puede llevar a cualquier sitio y dotar de una experiencia muy buena. Quiero volver, pero de momento aquí la experiencia es extraordinaria, en el club y en un país en el que se vive muy bien y que en esta situación tan extraordinaria tiene tan controlado el virus».

«Jugué en Primera y subí tres veces en Segunda, pero en León se recuerda más un gol que mi trayectoria. Es increíble» Donde no ha regresado a nivel profesional, desde aquel verano de 1994 en el que salió de la Cultural en la que se había formado y con quien había debutado con sólo 17 años en Segunda B, es a León, si bien «es una ilusión que siempre estará ahí, la vuelta nunca se descarta. Si la Cultural quisiera contarconmigo y pillara en un momento de poder ir, no sería algo descabellado ni descartable, han mejorado bastante en los últimos años con la llegada de Aspire y es una pena que no se haya consolidado en la categoría en la que puede estar. Hacía falta abrirse a otros modelos, otras formas de trabajar en estructura y cantera para crecer. Aspire no sólo fue importante por darle músculo económico, sino por meter una metodología nueva y otra forma de ver el fútbol».

No obstante, lo que sí cree Carpintero que sucede sea cual sea la función, es que «hay gente que piensa que por ser de León vas regalado,que si uno de fuera gana 10 al de aquí le darás menos y no puede ser así, igual vale más y debes darle más, hay que poner las cosas en valor. Al final las envidias y este tipo de cosas funcionan mucho, al de casa no se le mira con los mismos ojos».

Porque, si hay algo por ejemplo que persigue a Santi Carpintero, es aquel gol con el Toledo en el Reino, que supuso el definitivo 0-1 en una liguilla que la Cultural había empezado con dos victorias, una de ellas el histórico 0-4 en el Salto del Caballo. «Es que es increíble, yo voy a León y siempre me recuerdan por ese gol, no por mi trayectoria. Mira que he logrado tres ascensos a Primera, jugado en la máxima categoría, que tengo recuerdos buenos de verdad, que ese tanto fue lo de menos para míy además igual tampoco hubieran subido sin él...».

Quizá en un futuro, tenga la ocasión de resarcirse ante su gente liderando un exitoso proyecto desde los despachos. De momento, seguirá siendo el leonés que mueve los hilos en Chipre, construyendo un AEK Larnaca que espera llevar a Europa.
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