El leonés que gana títulos con Brasil

Cuando tenía 20 años, Diego Vidal nunca había jugado al rugby. Hoy, cinco después, acaba de levantar un título con una selección internacional después de llevar una temporada completa jugando en el extranjero.

Es el increíble viaje que ha vivido un leonés que se acabó enamorando de ese deporte del oval que empezó a practicar en el León Rugby para distraerse y tener la cabeza ocupada en un momento difícil a nivel personal, se dio cuenta de que no sólo le gustaba sino que se le daba bien, y ha terminado jugando un año en la Primera División española y otro en Irlanda del Norte, ademásde ganar un título la pasada semana... ¡con la selección de Brasil!.

Un giro del destino que se empieza a explicar con sus orígenes familiares. Porque toda la familia de su padre es originaria de la zona del Bierzo, mientras que su madre es brasileña pero acabó en la provincia tras venir a León para acabar el doctorado y acabar formando aquí una familia.

«Empecé  en una época frágil a nivel mental para hacer más vida social, se me dio bien y quise ver a dónde llegaba» Así acababa naciendo Diego en Puente de Domingo Flórez, si bien «casi toda nuestra vida hemos vivido en León», y comenzaba una historia que en 2017 le llevó de rebote a su primer contacto con ese rugby que ha terminado guiando los pasos de su vida.

«En esos momentos estaba en una época frágil a nivel mental, estaba teniendo problemas en ese aspecto de la salud al que cada vez se está dando más voz, y como mi hermano mayor jugaba en el León Rugby, me dijo que bajara a hacer algunos entrenamientos con ellos y así empecé», cuenta Diego Vidal, que explica cómo «al principio fue para intentar hacer más vida social y volver a la normalidad, pero después del primer año que no fue fácil, me di cuenta de que me gustaba mucho y no se me daba mal, que podía seguir intentando jugar y ver hasta dónde podía llegar».

Y así comenzó una carrera que fue claramente in crescendo. Sus dos primeras temporada, hasta 2019, jugó en el León Rugby, donde si algo recuerda con especial cariño, era«todo lo que aprendí de mi compañero Danilo, tristemente fallecido, y que fue quien más tiempo pasó conmigo para enseñarme».

Ha jugado la Seria A de Italia con el Torino, la Primera de España con El Salvador y la de Irlanda con el Ballynahinch Después, en 2019, se fue de Erasmus con la Universidad a Italia, y allí consiguió hacerse un hueco en la segunda categoría, la Serie A, de un país con gran tradición, en las filas del VII Rugby Torino, donde «tras venir de jugar en León en una categoría amateur fue un gran paso, mejoré y disfruté, pero tuve la mala suerte de que la pandemia cortó la temporada por la mitad y me tuve que volver a España».

Así llegó a su último año de Universidad, con el convencimiento tras la experiencia italiana de que «si me esforzaba igual podía jugar a un nivel más alto». Y estaba en lo cierto. Porque pasó una prueba con El Rugby El Salvador de Valladolid y se fue a jugar allí, a un equipo que ese año quedó tercero en la máxima categoría española.

Un año de cierto sacrificio, pues «vivía en Valladolid, pero estudiaba el último año de mi carrera en León, así que un par de días venía para hacer las prácticas y los exámenes»; pero de grandes resultados, deportivos y académicos, pues se convirtió oficialmente en veterinario tras terminar sus estudios.

Y así apareció una decisión clave: ¿qué hacer ahora con su vida? Y para tomarla, Diego partió de una premisa: «Además de usar el rugby para jugar, también quería hacerlo para viajar, así que decidí que me apetecía probar oportunidades, irme fuera y ver mundo antes de terminar el lujo que ofrece el deporte».

«Además de usar el rugby para jugar quería hacerlo para viajar, ver mundo y probar oportunidades» ¿La oferta por la que se decantó? Fue de Irlanda del Norte, del Ballynahinch Club, con el que jugó en la máxima categoría de un país referente en el rugby como Irlanda, la 1A, donde logró el objetivo de la salvación, y además se llevó el título en la Ulster Senior League. Todo ello, mientras trabajaba como veterinario en una clínica y en cirugía de pequeños animales, y hasta que una rotura de clavícula le obligó a pasar por quirófano y volvió a León para la rehabilitación.

Y fue en tierras leonesas donde comenzó a gestarse el salto a Brasil. «Un día, tomando algo con amigos de toda la vida, uno me sugirió que por qué no me ponía en contacto con la selección para decirles que tenía raíces brasileñas, que es algo que pocos conocían. Así lo hice, les dije que podía nacionalizarme sin dos años de espera, me vieron y me ofrecieron jugar con ellos».

¿Su debut? Ha sido en este mes de agosto. El día 20 fue el primer choque, un amistoso contra Chile. Y este pasado fin de semana su debut en partido oficial, en el Sudamericano B, donde se impuso 13-52 a Colombia, lo que unido a la victoria también ante Paraguay (31-28) permitió a Diego levantar su primer trofeo con la ‘canarinha’.

Diego terminó la carrera de veterinaria y el último año trabajó en una clínica de cirugía de animales pequeños Desde la posición de tercera línea en la que comenzó a jugar, o la de hooker hacia la que está «haciendo una transición», ya que mide 1,81 metros y «por tamaño y forma corporal los jugadores de tercera línea tienden a ser más altos», Diego intentará ayudar a Brasil a su gran reto, el«intentar clasificarse para el Mundial de 2027 en Australia», siendo sus próximos choques oficiales en octubre frente a Chile y Canadá.

Y es que se quedará ya a vivir esta temporada en tierras brasileñas, para participar en las concentraciones con su selección y a nivel de clubes jugar en las Cobras Brasil XV, equipo de Sao Paulo que es la franquicia brasileña que disputa la Súper Liga Americana de Rugby en la que hay también clubes de Argentina, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay.

Una nueva experiencia vital y deportiva. Un salto de León a las grandes competiciones internacionales a través del rugby.