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El latín y los amigos

15/06/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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Amore, more, ore, re probantur amicitiae. Qué pena que hayan quitado el latín de los planes de estudios. Nesciencia necat. Qué desgracia, porque la ignorancia mata. Tanto como se preocupan las autoridades sanitarias por nuestra salud y prestan tanta atención a nuestros colesteroles, bien podrían preocuparse de esta otra lacra que es la ignorancia, en lugar de fomentarla. Aunque también es cierto, que el rebaño se pastorea así mejor.

Hace muchos años, un buen amigo, Juan –sit tibi terra levis– me sorprendió con el siguiente gancho de derecha: Óscar, yo no creo en la amistad. ¿Cómo me dices eso? Le respondí yo. No, no creo en la amistad, la amistad es un concepto, una idea. Yo creo en mi amigo, al que puedo tocar, aquí y ahora. Fue una gran lección.

Hic et nunc. Aquí y ahora. Cuidado con los conceptos y las abstracciones que los carga el diablo. Hablamos de libertad pero no somos libres, de democracia pero no somos demócratas, de amistad pero no siempre somos amigos. Porque la amistad se demuestra con el amor, con la costumbre, con la palabra y con los hechos. Amore, more, ore, re. Qué belleza el latín, qué sencillez con apenas desprenderse de una letra para expresar tan gran verdad. Qué tragedia que lo hayan quitado de los planes de estudio.

Serán pocas las horas mejor empleadas que las dedicadas a los amigos. A los amigos hay que regarlos y dedicarles tiempo y cuidados. Si no, se secan como los geranios que no se riegan en verano. El amigo nunca compite con nadie, bien al contrario, el amigo complementa todo. Un amigo no roba tiempo a la familia, a la pareja, a los hijos, al contrario, enriquece el tiempo dedicado a todos ellos. Por esto me cuesta entender que surjan complicaciones y se discuta por el tiempo que uno pasa con los amigos y se ande con balanzas y cronómetros.

Keiran Cable, un galés, olvidó la lección. Pero sus amigos se la recordaron: «Uno de nuestros amigos tiene novia desde hace 4 o 5 meses y no lo hemos visto desde entonces. Así que debe estar muerto». Y decidieron hacerle un funeral, con féretro incluido. Uno muere un poco cuando se cercena del tronco de sus amigos. Los amigos no son sólo esos liantes que te enredan de copas. Son esto y mucho más.

Y la semana, que viene hablaremos de León.
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