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El lado oscuro de la fuerza

28/05/2019
 Actualizado a 11/09/2019
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Si algo han mostrado, una vez más, las elecciones por ración doble que hemos tenido ha sido la sensatez del electorado visto en su conjunto. Ha premiado al partido más sereno y razonable, más templado y más político. Ha castigado las salidas de tono y la falta de ideas, los exabruptos y las nimiedades. Ha huido de las divisiones personalistas y las guerrillas ridículas. Ha zarandeado personalismos y las prisas por el poder. Ha avisado de los peligros nuevos y desdeñado las manías de toda la vida. Ahora, como en Europa, hace falta hablar, acordar, gobernar en coalición, acostumbrase a la diversidad y al control ajeno. Como en Europa.

Sin embargo, también ha germinado una singularidad; es preciso remarcarla. Por tendencia europea consolidada, no sorprendía en exceso la irrupción de la ultraderecha en el panorama político español con cifras y presencia mediática no imaginadas apenas meses antes. Sin embargo sí lo hace, y mucho, la naturalidad con que se ha producido su integración. ¿Imaginan a Merkel pactando con el NPD? ¿A Macron con Le Pen? ¿Al gobierno ‘tory’ del Reino Unido de la mano de los camorristas de Nigel Farage? Eso ya no es nada europeo. ¿Imaginábamos hace apenas unos meses que los supuestos partidos de centro-derecha y liberal iban a pactar para formar un gobierno con un partido ultramontano que escarnece los principios democráticos? ¿Sospecharíamos que iban a tomar esta fórmula como prototipo en cuantas capitales, autonomías y ocasiones fuera necesario para hacerse con el mando? Pues así parece. No solo por el precedente andaluz, sino porque todos los medios, incluso en la pasada noche electoral, incluso cuando las cifras eran tan solo sondeos, dan por hecho esta triple alianza a la mínima oportunidad. No solo porque los propios partidos lo vean lógico, sino porque la propia sociedad parece entregada a la inevitabilidad de tal infamia. Suma el ‘bloque de derechas’, se dice, como si ese bloque fuera una realidad; revelando que, en efecto, lo es. La existencia de una derecha ultramontana admisible como fuerza política homologada y casadera y el beneplácito de la derecha supuestamente ‘europeísta y constitucionalista’ (por propio bautismo) para integrarla en gobiernos que no serían posible sin ella van a convertirse en otro nuevo y vergonzoso ‘Spain is different’. Bienvenida a un nuevo convidado: no será de piedra ni tiene losas de granito encima.

En Star Wars el lado oscuro de la fuerza se oculta en el interior de cada ser vivo. Es el demonio que tienta a Fausto, el que todos combatimos. En el carácter de cada cual está no dejarse arrastrar, por dura que sea la contienda o difícil de soportar un resultado adverso. En los duelos que enfrentan a Luke Skywalker y Darth Vader ambos pierden una mano, la derecha.
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