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El laberinto del PSOE leonés

28/02/2021
 Actualizado a 28/02/2021
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Desde que José Antonio Diez cogiera el bastón de la empuñadura de oro en el salón de plenos del Ayuntamiento de San Marcelo, su anunciado leonesismo ha venido contribuyendo a que ejerza la encomienda municipal con menos sobresaltos de los esperados. En el peor de los casos –que alguno le ha dado en la cara por sus obstinaciones puntuales– la postura que defiende a pecho descubierto le ampara ante diversos sectores de la variopinta opinión pública. Esto es así. Sin embargo, lo leonesista –el vocablo no termina de tener su encaje en el diccionario de la RAE– le está buscando la ruina. La quiebra política. E incluso el desdoro de muchos compañeros ideológicos. Pese a ello, sigue en la misma línea. Erre que erre. Imperturbable.

Desde que hiciera profesión de fe en cuanto a sus inquietudes personales, el PSOE, su partido y matriz, lo viene acribillando. Y no le ‘fusila’ al amanecer porque eso (a día de hoy) es imposible. Pero tampoco lo descarta. Todo se andará. Los contrarios a las inclinaciones regionalistas del alcalde a favor del País Leonés, jamás aceptarán el desacuerdo tan rotundo del regidor para con el actual mapa autonómico. Reciben órdenes expresas. Igual que ocurre en el Partido Popular con el genérico llamado ‘argumentarios’ que, a veces, tanto daño hace.

Pues bien, los antagonistas a las ideas que plantea Diez –los gerifaltes de la organización– están haciendo bandera de una conchabanza ilimitada. No dejan espacio al debate. Van a machamartillo. Y, para apuntalar el objetivo que les guía, avisan de manera subrepticia de dos caminos: o Diez cambia el paso –algo imprevisible dado el lineal empeño del regidor– o sacarán el descabello del fundón de las espadas para (intentar) descordarle. No contemplan otra alternativa. Sin embargo –que también pesa lo suyo- tampoco cuentan en el arrebato con la fuerza de la Agrupación Municipal –la más numerosa de Castilla y León– que lidera y apacienta el propio Diez. Y con gran éxito. Dicho de otra manera, le es fiel.

En el último y telemático Comité Provincial del PSOE de hace una semana y en el que José Antonio Diez, equivocadamente, no participó, volvieron a zurrarle. Comisionó a ‘una propia’, en concreto a la concejala Susana Travesí, que no le dejaron decir ni pío. Su presencia no se ajustaba a la norma. Ahora, eso sí, ‘desagraviaron’ (?) al alcalde de Cistierna y diputado provincial, Nicanor Sen, por haber tumbado en su Ayuntamiento, con la complicidad del PP, la moción que alentaba la segregación de León de la preponderante Castilla. En resumen, que el acoso y derribo a la figura de Diez continúa latente. Se lo quieren cepillar. A él y a quienes lo apoyan. Otro destrozo que nada bueno barruntaría.
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