El Jardín Romántico de Villafranca

Nació a finales del siglo XIX y desde entonces ha ido cambiando para dejar su estampa como una de las más gratificantes de la villa del Burbia, pero hoy, necesita mimo

Ramón Cela
14/03/2021
 Actualizado a 14/03/2021
Vista de la Colegiata desde el Jardín Romántico. | RAMON CELA
Vista de la Colegiata desde el Jardín Romántico. | RAMON CELA
Ya Pascual Madozpasados los años 1.850 hablaba de la existencia de un pequeño jardín en forma de triángulo que erauna delicia su contemplación debido a los enormes olmos que lo rodeaban y su estilo romántico. Con el paso de los tiempos, se fue convirtiendo en el actual Jardín Romántico de Villafranca del Bierzo y que según un cuadro de blogs, lo sitúa en el año 1.882.

Pero debemos de remontarnos, en primer lugar, a la creación de este Jardín en aquel lugar que era conocido como La Alameda, debido a los enormes olmos que allí estaban plantados y producían una enorme sombra, para los meses de más calor, ya que los feriantes de ganado bajados de los pueblos de las montañas, necesitaban, en muchos casos, pasar la noche al raso, debido a la falta total de comunicaciones y lugares donde cobijarse al tiempo que atendían el ganado traído a las ferias y mercados.

Pero ya no solo se trataba del ganado, sino también de los mercados de plantas que a día de hoy, se sigue conservando en las magníficas huertas de la villa y que son la admiración de toda la provincia, debido a que los hortelanos villafranquinos, siempre gozaron de una merecida fama en estos menesteres. Debido quizás a esto, los olmos eran muy cuidados y agradecidos con su enorme cantidad de sombra, pero la venida de Isabel I y Carlos V a Villafranca, había dejado una huella imborrable, al tiempo también al Castillo de Villafranca, que luego se llamó de los condes de Peña Ramiro, hoy de sus descendientes.

Hicieron que la mayoría de las gentes de gran realengo, se asentaran en esta magnifica villa, que está a punto de cumplir los 200 años de haber sido la Capital del Bierzo, Villafranca y que comprendía también la vecina Valdeorras, con una Catedral, que nunca tuvo obispo, pero si fue Colegiata de pleno derecho. De tal manera que al día de hoy, se pueden contar en la villa y en diversas casonas y palacios un total de medio centenar de escudos heráldicos.

Pero volvamos al Jardín Romántico, que Pascual Madoz, describía como romántico y que a lo largo de su historia pasó de ser de forma triangular a recibir algunas modificaciones, que le han hecho ya desde el año 1.882, de forma de herradura y con más luz entrando por entre el espeso ramaje que lo adornaba que en cierto modo, era muy bueno para dar una fresca sombra, pero que incitaba a las habladurías pueblerinas en las que se veían inmersas aquellas parejas de enamorados , debido al espeso ramaje de las plantas y jeroglíficos que aquellos túneles hacían y que, en muchas ocasiones, hacían perder la decencia de aquellas doncellas que simplemente aprovechaban la coyuntura, para recibir un beso tierno de su amado. Quien tenía que tener el máximo cuidado y respeto, debido a la escolta que siempre acompañabaa la feliz enamoraday que ,en la mayoría de los casos, no llegaba a sobrepasar un roce de unos labios ansiosos con una mejilla roja como tomates de verano.

Pasaron unos años y las políticas de todo tipo comenzaron a adueñarse de las ideas de plebeyos y cortesanos, que se iban esparciendo de boca en boca, más que por otros medios como los periodísticos, que en aquellos tiempos, solo estaban en manos de los más pudientes, además del enorme analfabetismo existente a finales del siglo XIX. Lo que propinó, el relevo de varios alcaldes, siempre gente pudiente y de corte monárquico, quienes intentaron dejar su impronta como uno de los mejores, lo que contribuyó a que Villafranca, acometiera obras de enorme envergadura como la traída del agua corriente o luz eléctrica, que no la había en ciudades como Madrid.

El Jardín Romántico , era fundamental para una ciudad como esta que, con frecuencia, salía en reportajes de los medios, más influyentes de la nación, por lo que se afirma que fue un Diez Ovelar, el que con buen gusto y habiendo conocido algunos jardines de París y otras ciudades europeas, decidió quitar aquel entresijo de túneles y que este se convirtiera en un jardín romántico de estilo francés.

Ya en 1.882, el Jardín tenía hermosos paseos, que se prolongaronbastante con la cesión de unos terrenos y unas pequeñas casas, que estaban situadas en las inmediaciones del jardín triangular construyendo una pared de más de cien metros, que se fue rellenando de escombros y tierra virgen, llevando la forma de herradura, que es como está en la actualidad... construyendo alguna fuente y haciendo desaparecer otras dos de poco porte.

Fue entonces y aprovechando la Desamortización de Medizabal, cuando se adquirió la fuente románica, del Monasterio de Carracedo, que permanecía en estado de deterioro convirtiéndola en la fuente principal, acompañando a esta y de forma posterior otras dos, de bajo interés.

Desde entonces, ’La Chata’ se convirtió en el símbolo del Jardín y comenzó a ser venerada por todos los villafranquinos, quienes jamás dejan de admirarla al pasar por las proximidades.

Así al día de hoy, podemos observar, que los enormes olmos de más de doscientos años han desaparecido debido a una enfermedad, sufrida hace más de cincuenta años, por otros árboles que , siendo de crecimiento bastante rápido,cumplieron la misión de dar sombra a los paseos exteriores, mientras que el interior goza ahora de una serie de cuadros diversos de bog y miles de flores de diversas especies. Que son la admiración de miles de visitantes y que son atraídos ya por la indiscutible belleza de Villafranca del Bierzo y su arte e historia, como también lo son por ser el hito más importante dentro del Camino Francés a Santiago de Compostela.

En la actualidad, el Jardín Romántico, necesita un buen empujón, para que este sea y siga siendo la admiración de los miles de visitantes que cada año nos visitan y que debido a la enorme extensión de humildes pueblos con que han anexionado al municipio de Villafranca, se ve, por más que lo intenta, incapaz de soportar algunas reformas de mantenimiento y refuerzo de algunas estructuras esenciales.
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