El jamón de León también se saborea en China

La nueva norma, que permite exportar al país asiático el jamón con hueso y embutidos con menor tiempo de curación, se presenta como una gran oportunidad para el sector cárnico de la provincia en particular y de la comunidad autónoma en general

Ical
30/11/2019
 Actualizado a 30/11/2019
Embutidos ibéricos Castro y González de Guijuelo es una de las empresas de Castilla y León que exporta jamones a China. | ICAL
Embutidos ibéricos Castro y González de Guijuelo es una de las empresas de Castilla y León que exporta jamones a China. | ICAL
Si hasta ahora y desde 2007 el jamón llegaba a China loncheado y sin hueso, la población del país asiático ya tiene en sus manos la posibilidad de disfrutar de un buen plato de jamón recién cortado de la pata. Este placer será un hecho gracias al acuerdo comercial suscrito hace algo más de un año entre España y China con motivo de la visita del presidente asiático a España, algo que, además de autorizar vender jamones con hueso, también dio luz verde a la exportación de productos con una curación inferior a 313 días, lo que permitirá la venta de otros embutidos como chorizo, lomo o salchichón.

Según el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a 13 de noviembre eran 41 las empresas elaboradoras autorizadas en España para la exportación de carne y productos cárnicos de porcino a China, de las que siete se encuentran en Castilla y León, mayoritariamente en la provincia de Salamanca, pero también en Burgos y León.

Se trata de Productos Ibéricos Calderón y Ramos S.L. y Cárnicas Joselito, ambas en Guijuelo; Ibéricos Torreón Salamanca S.L., en Villares de la Reina; Embutidos Fermín, en La Alberca; y Matadero Frigorífico de Fuentes El Navazo S.L., en Fuentes de Béjar, todas ellas en Salamanca. En León tiene autorización Embutidos Rodríguez, ubicada en el municipio de Soto de la Vega; y en Burgos, la compañía Carnes Selectas 2.000 S.A. (Campofrío).

El crecimiento de las exportaciones de productos cárnicos desde Castilla y León a China ha sido más que evidente. Según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio, perteneciente al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en los diez primeros meses del año se han exportado al país asiático productos cárnicos por importe de 30,8 millones de euros, seis millones de euros más que en el mismo periodo del año pasado, cuando se alcanzaron los 24,8 millones. Pero el aumento es especialmente llamativo si echamos la vista atrás diez años, en 2009, cuando se exportaron productos cárnicos por valor de 98.000 euros.

Y las expectativas parecen ser buenas. El presidente de la Federación de Asociaciones de Productores de Ganado Porcino de Castilla y León (Feporcyl), Miguel Ángel Ortiz, reconoce que hay previsión de crecimiento porque la xomunidad reúne “todas las condiciones habidas y por haber” aunque lamenta la falta de gente porque “por terreno, financiación o condiciones ambientales, tenemos unas condiciones excelentes para crecer”.

Sin embargo, Ortiz aboga por ser “inteligentes” para que el crecimiento sea aún mayor, si bien reconoció que es algo “complicado”. Pero el objetivo es abrir mercado “poco a poco”, y no solo en China, porque al hablar de este país, Ortiz explica que en general se hace alusión al mercado asiático. “El país más potente es China” pero hay otros como Japón que “están por conquistar” aunque “se va a lo más fácil”.

Trampolín para la internacinoalización


Desde el Consejo Regional de Cámaras de Comercio de Castilla y León, su presidente, Antonio Miguel Méndez Pozo, considera que la comunidad se encuentra ante “una ocasión excelente” para el sector cárnico en lo que se prevé constituya una oportunidad “clave” para los productores, los transformadores y para poner en valor los productos agroalimentarios “estrella” de Castilla y León. Esta entrada en China augura que servirá también “de trampolín” para la internacionalización de compañías que decidan instalarse a pesar de los inconvenientes burocráticos que supone la apertura de una empresa extranjera.

El ‘gigante asiático’ dispone de numerosos acuerdos bilaterales con países vecinos, con lo que la “aceptación” de los productos de Castilla y León “puede abrir las puertas” a otros países como Vietnam, Thailandia, Singapur, Filipinas, Myanmar, Malasia, Laos, Indonesia, Camboya o Bruney “con mayor facilidad”, añade Méndez Pozo.

El presidente del Consejo Regional de Cámaras de Comercio cifra en un 34 por ciento el aumento de las exportaciones a China en el último lustro, por lo que estimó que las empresas exportadoras tendrán “una importante parcela de beneficio”, aunque apostilla que aquellas que se dediquen a la transformación del producto y tengan que adquirir la materia prima “verán aumentados sus costes de producción”, por lo que “todo el sector en su conjunto no contará con los mismos beneficios”, lamenta.

Por ello, Méndez Pozo aboga por “la diversificación de mercados exteriores” ya que “salvo excepciones”, los clientes proceden de diferentes países. Así, ante “cualquier revés o aumento de precios”, se pretende que la cadena productiva “no sufra” y la competitividad empresarial “no se vea afectada”.

Las tapas españolas como ejemplo


La unidad de negocio de Frescos de Campofrío lleva años exportando carne al mercado chino, lo que es un factor positivo a la hora de “aprovechar” el conocimiento y “contactos” construidos en este tiempo para, con la nueva norma, ofrecer un surtido de productos “amplio” para el mercado asiático, mejorar la experiencia de consumo y hacerla “más cercana” para los consumidores de este mercado.

Aunque Campofrío ha aprendido a adaptar su puesta en escena en China con los productos y en los formatos habilitados, la nueva normativa permitirá exportar “más variedades” y hacerlo con una presentación “más típica de tapas españolas”, de manera que resulte “más comparable con las imágenes que los visitantes chinos tienen de los bares y restaurantes españoles”, explican fuentes de la compañía, que tiene una de sus sedes en Burgos.

La oferta de la compañía abarca jamones curados en diferentes formatos (centros, loncheados y paquetes de regalo), y los jamones con hueso que ya se pueden exportar irán destinados “a exhibiciones, presentaciones y exposición en puntos de venta y restaurantes” en busca de una experiencia “más atractiva” y que podría ser un reclamo para más clientes y consumidores. En relación a los embutidos curados, la norma permitirá “nutrir una oferta de productos curados típicos españoles” que será “parecida a la que tendrían en España”.

Solicitud en marcha


La empresa Castro y González, ubicada en Guijuelo (Salamanca), no tiene aún la autorización para la exportación directa, algo que espera conseguir pronto, aunque vende productos a China “a través de otras plantas autorizadas”, mediante las que envía al país asiático jamón ibérico, paleta ibérica y también jamón y paleta de cebo blanco. La acogida de los asiáticos a estos productos “es buena” y va “creciendo” porque existe una mayor demanda, en especial entre la clase media china emergente, que se está abriendo a este mercado. “La gente piensa que estamos mandando barbaridades, pero es un mercado creciente”, apostilla a Ical Miguel González Castro.

El hecho de poder exportar el jamón con hueso hace que las expectativas sean buenas porque permitirá la venta del jamón “en su máxima expresión” para el corte a cuchillo. “Como seguidores que son del corte de jamón, va a ser positivo”, añade González Castro, quien explica la intención que tiene la compañía de ofrecer también formación en torno al corte del producto. “Es cierto que otros formatos han mejorado mucho y hoy en día, si no eres un gran experto en jamón, es posible que no se diferencie un loncheado de un jamón recién cortado”, indica.

En la actualidad, esta empresa chacinera exporta unas 1.200 piezas al año y su objetivo “ambicioso” pasa por duplicarlo en un plazo de dos o tres años si mantiene “el crecimiento actual”. Pero estiman que será posible porque el abanico de público receptor de este producto “se está abriendo” con la clase media china pero también en el sector hostelero. “Lo importante es hacer las cosas bien y cuidar mucho el producto que se envía”, sentencia González Castro.
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