El invierno es ‘mu puto’

14/10/2021
 Actualizado a 14/10/2021
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Lucen esplendorosas en verano y meses aledaños las arregladas casas de nuestros pueblos, restauradas para las vacaciones y para defender la memoria de quienes las levantaron, con sus propias manos en muchas ocasiones.

Lucen esplendorosas –de las caídas y abandonadas tampoco hace falta hablar todos los días– pero en estas fechas que el sol anuncia sus últimas presencias, pues las heladas van ganando frío a la mañana y el oscurecer le roba luz a las tardes, comienzan los parcheos defensivos contra los rigores del invierno que ya se asoma detrás de las peñas.

Tableros de madera se colocan delante de las puertas para que el agua no encuentre vía de acceso y la nieve que escupen las máquinas quitanieves se estrelle en ellas sin golpear la madera nuevamente barnizada.

Inventos caseros refuerzan las ventanas, tapan la chimenea, cierran el huerto a cal y canto.

Viejos somieres refuerzan las verjas para que no cedan al empuje de los perros y rigores.

Plásticos negros, opacos y duros, cubren los colores de las paredes y remates de tejados, colores que anunciaban vida y actividad que pierden la batalla contra el negro que anuncia los días sin luz.

Y cuando les preguntas si no les da pena pintar la vida de negro, poner ante la vista horizontes sin color, sembrar una especie de tristeza en las almas que miran al pasar e intuyen lo que hay debajo, lo que allí ocurre cuando se levantan los plásticos y las tapias, los tableros y los viejos somieres, las persianas... siempre se repite la misma respuesta, que suena excesivamente a disculpa pero no te dan otra:

- El invierno, ya sabes, es 'mu puto'.
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