El intento no está ‘penao’

Está divertido el inicio de año deportivo. Se agradece, que ya me veía teniendo que hacer la opinión con la lista a los Reyes, pero iba a acabar repitiéndome porque cuando una provincia se muere y la pisotean los deseos suelen ser parecidos, o metiéndome en un jardín si opinaba de las elecciones que hay a la vuelta de la esquina.

Me ahorran el tema entre el Linares y la Federación Española, que con Rubiales es un filón para llenar columnas (un saludo para el pobre empleado de la misma que está leyendo y poniendo en conocimiento de su superior esto para luego mandar la correspondiente carta al periódico, que no hay nada más importante que vigilar bien dónde se critica al ‘jefe’ en todos los medios del país, no vaya a ser que se invierta el tiempo en cosas útiles).

Sólo una jornada después de que la Cultural tuviera que jugar a la vez que la final del Mundial porque el rival no quería cambiar la hora fijada hace meses, la Federación varió su criterio y decidió que no podía mover un horario sin cambiar de día por sí misma, pero sí podía pasar por su cuenta de sábado a domingo el partido de los leoneses en Linares.

¿Que hubiera aficionados con viaje organizado a los que hayan fastidiado el dinero y el viaje? Da igual. ¿Que compañeros que por trabajo se desplazan ahora no tengan cómo volver? Problema suyo. ¿El coste extra para el equipo leonés o el perjuicio deportivo? Es lo mismo.

Es sólo una más de un ente que actúa sin criterio unificado y por intereses. Al menos se podía haber currado la excusa. Si todos sabemos que es para tener un día más de descanso tras jugar Copa el miércoles el Linares con el Sevilla, di hace dos semanas tras sortear los cruces que se pasan todos los partidos de los equipos que participan al domingo.

Porque la razón es de risa. «Problemas de seguridad» por coincidir con otro evento, cuando los dos llevan meses fijados y hablamos de un torneo de tenis de mesa que ni muchos allí sabían que existía. Que me imagino a los trabajadores del Linares mandándolo y diciendo uno: ¡Oye, que esto es imposible que cuele! Y al otro, al que pongo cara del compañero Fulgencio Fernández que para eso es mi fantasía, contestándole:¡El intento no está ‘penao’!