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El insulto universitario

09/08/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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Durante cuatro años he visto como en mi casa nos las veíamos y deseábamos para que yo pudiese estudiar la carrera que quería. La mayoría de los alumnos universitarios y de sus familias se devanan los sesos para poder pagar los astronómicos precios que llegan a alcanzar algunas matrículas, peor aún si la persona en cuestión tiene que irse a estudiar fuera. Te privas de muchas comodidades, algunas más frívolas y otras menos, todo para poder formarte en lo que te ilusiona. Poco a poco, en la mayoría de casos gracias al sistema de becas, consigues que, en la pared de tu casa, enmarcado bien grande, figure un diploma que te acredita como profesional pero que simboliza mucho más.

Y, de repente, llega el día en el que te enteras de que a Cristina Cifuentes le han regalado una titulación como si de un suvenir barato se tratase. Y al siguiente escuchas que Pablo Casado obtuvo su máster sin cumplir con la asistencia. Piensas en todo lo que has invertido para obtener tu Grado; dinero, esfuerzo, ilusión…y no puedes evitar que te invada la rabia ante lo que parece una burla por parte de gente que se cree superior a las normas que tú has seguido, cumplido y respetado. Sientes que Casado y Cifuentes se han reído de ti, de todos los universitarios, de sus familias y de los alumnos de la Universidad Rey Juan Carlos cuyos títulos se verá devaluados por el escándalo.

Se nos ha vendido que el trabajo duro es la clave del éxito profesional, craso error. La generación ‘mejor preparada de la historia’ tiene que pluriemplearse en varios trabajos malpagados para poder llegar a fin de mes, eso en el mejor de los casos, mientras que a otros les regalan los másteres como si de un pin para adornar el currículum se tratase.

Lo que se ha permitido no es ya un engaño, sino un insulto directo a todas las personas de a pie que se han sacado su carrera o su máster con sudor y sangre y a todos aquellos que se quedaron por el camino porque no pudieron pagarlo. Estas conductas no solo no deberían estar permitidas, sino que deberían ser castigadas de forma ejemplar como un desagravio a la gente que ha obtenido su título de forma honrada.
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