El Instituto de Estudios Bercianos rememoró tiempos dorados

La institución reconoció ayer como socio de honor a Antolín de Cela, miembro desde 1978

Alejandro Cardenal
17/12/2016
 Actualizado a 16/09/2019
Antolín de Cela, nombrado socio de honro del IEB. | A. CARDENAL
Antolín de Cela, nombrado socio de honro del IEB. | A. CARDENAL
El Instituto de Estudios Bercianos (IEB) recordó ayer sus mejores días. La institución reconoció como socio de honor a Antolín de Cela, miembro desde 1978 y parte de la directiva que consagró la entidad como un referente a nivel cultural, consiguiendo que la capital berciana acogiera conciertos y audiciones impensables hasta poco antes de su llegada. «Fue parte activa durante la época dorada del IEB en cuanto a su actividad musical, dirigió publicaciones y le puso el nombre a la primera revista que publicamos», reconoció la presidenta del Instituto de Estudios Bercianos, Mar Palacios.

El homenajeado recordó el «entusiasmo» con la que afrontó aquella etapa, logrando que Ponferrada hiciera un hueco a la música. «Este premio es una vuelta a mis raíces. Vine en el 78 a una ciudad en la que no había conciertos, ni un conservatorio, trabajábamos como mejor se podía», confesó Cela, que rememoró como aquella directiva viajó a Madrid para comprar un piano. «El que había no servía para un concierto. Pasamos de no tener un piano a traer a la filarmónica de Madrid», destacó Cela.

También puso en valor la trayectoria del propio IEB, destacando la importancia de haber pasado «el catarro y la tosferina» de la política, siendo una entidad que se ha limitado a «hacer cultura» con grandes resultados. «Muchos intentan hacerla, pero llenar conciertos y audiciones es una tarea que hay que valorar», apostilló.

Aunque el actual rector de La Encina cuenta con reconocimientos como el Ciudad de Ponferrada de Cultura, ser socio de honor es algo «especial». «El IEB es una de las cosas más bonitas que le ha pasado a Ponferrada».
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