El herrero de Carende

Los viejos oficios gozaron de gran prestigio en nuestros pueblos, especialmente algunos como el herrero, que lo pregunten en Carande

Fulgencio Fernández
09/02/2020
 Actualizado a 09/02/2020
Francisco José en un descanso de la fragua. | REVISTA COMARCAL DE RIAÑO
Francisco José en un descanso de la fragua. | REVISTA COMARCAL DE RIAÑO
El herrero, el carpintero, el madreñero... y tantos viejos oficios que gozaron de gran prestigio entre los vecinos de nuestros pueblos pues, al final, todo se podía hacer y todo se hacía «en casa».

¡Cuántas veces se les echa de menos!, que lo pregunten por ejemplo en Carande, donde tantas veces se hablaba de las habilidades en el oficio de Francisco José y quien le enseñó el oficio, su tío Prudencio, habitantes de la fragua, aunque en ubicaciones diferentes. Francisco José aprendió de joven el oficio y le sirvió para poder «aprovechar» el servicio militar en Ceuta, pues ya ejerció allí de herrero y hasta perfeccionó la complicada modalidad de «herrar a fuego», según recuerda su biógrafo Francisco González, quien recuerda cómo este artesano, padre de siete hijos y casado en Horcadas, solucionaba todos los problemas que le correspondían a su oficio de domador de los fuegos; desde acudir al monte bien de mañana para provisionarse de cepas de brezos para, una prendidas fuego en el hoyo del suelo donde las depositaba, convertirse en las ascuas que serían alimento del fuego de la fragua.Con el tiempo (nació en 1926) ya llegó el carbón industrial y pudo dejar de realizar este complicado proceso.

Su trabajo más recordado, y duro, fue como herrero para la carretera de Vegacerneja a Casasuertes, con la función de tener en perfecto estado las herramientas. Pasaba la semana en la obra y regresaba al pueblo con las herramientas a cuestas, aprovechando el fin de semana... para trabajar.

Se quedó después en el pueblo, donde nadie lo ha olvidado.
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