El hermano de San Marcos que está herido de muerte

Valcabado e Hispania Nostra se alían en una campaña de mecenazgo para restaurar el artesonado mudéjar de su iglesia, similar al del parador, que requiere de una actuación urgente

Ical
01/12/2019
 Actualizado a 01/12/2019
Valcabado del Páramo pone en marcha una campaña de mecenazgo para restaurar uno de los pocos artesonados mudéjares que aún se conservan en el tramo leonés de la Ruta de la Plata. | ICAL
Valcabado del Páramo pone en marcha una campaña de mecenazgo para restaurar uno de los pocos artesonados mudéjares que aún se conservan en el tramo leonés de la Ruta de la Plata. | ICAL
Quizás pocos en el pueblo conocen la intrahistoria de lo que se encuentra sobre sus cabezas cuando acuden a la misa diaria o dominical. Posiblemente, aún muchos lo desconozcan. Pero la localidad leonesa de Valcabado del Páramo posee un artesonado mudéjar, que cobija a su iglesia en honor a Santiago, que es relativamente único en su categoría por su tamaño y por las grandes similitudes al que cierra la Sala Capitular de lo que hoy es el Parador de San Marcos, antigua prisión leonesa. Pero este firmamento del siglo XVI necesita ayuda. Requiere de una restauración urgente que le salve de una muerte anunciada.

Para ello, los habitantes de la población abrieron en verano una campaña de micromecenazgo que se apoya ahora en otra más importante a nivel de intenciones. Para ello, se ha aliado con la asociación de defensa del patrimonio Hispania Nostra, con el reto de obtener donaciones por al menos 20.000 euros hasta el 28 de diciembre (https://crowdfunding.hispanianostra.org/valcabado--mecenazgo-mudejar/1749), que se sumarían a otros 70.000 comprometidos por las diferentes administraciones: Diputación de León, Instituto Leonés de Cultura, Consejería de Cultura y Turismo de la Junta y Promonumenta. Y es que el ejemplo de la burgalesa Quintanilla de Riofresno ha marcado el camino tras reunir los fondos necesarios para restaurar su retablo, también del siglo XVI.

Desde la Junta Vecinal de la localidad explicaron a Ical que el arreglo se estima en algo más de 100.000 euros, según el presupuesto de los restauradores Ana Isabel Panera y José Luis Casanova, con lo que la ayuda de particulares, mediante esta campaña de mecenazgo, completaría los recursos. Los donativos cuentan con importantes deducciones que pueden alcanzar el 75 por ciento en los primeros 150 euros de aportación y el 30 por ciento a partir de esa cifra. Este hecho convertirá en mecenas de esta restauración a los habitantes que deseen aportar.

En concreto, el de Valcabado es un elemento arquitectónico que se considera especial. Sus dimensiones, 24 por ocho metros, lo alzan como uno de los más grandes al Noroeste de la Península. Otra de las características que lo hacen diferente es el almizate, que parece estrellado o de lazo, decoración que coincide con el artesano de la Sala Capitular del Parados de San Marcos de León, su hermano mayor.

San Marcos, un modelo


En la presentación del proyecto a Hispania Nostra, que se acompaña de un video visible en la página web, la entidad promotora del mismo, la Junta Vecinal, explica que los maestros carpinteros desempeñaron su oficio de manera itinerante. Acompañados por los oficiales y aprendices de su taller y provistos de sus herramientas de trabajo se desplazaban a los distintos destinos hasta finalizar el encargo. Esta práctica explica en buena medida la repetición de algunos modelos y ornamentos de la carpintería de armar a lo largo de la geografía, aunque en otras ocasiones este fenómeno atiende a las condiciones de los contratos, en las que con frecuencia el contratante exigía que los trabajos se llevaran a cabo conforme a los existentes en otro lugar.

De este modo, conjuntos como el de la Sala Capitular de San Marcos de León se convirtieron desde temprano en modelo de prestigio a imitar, alcanzando su tipo de lacería una difusión tan amplia que llegará a emplearse en ejemplares del siglo XVI, como el de Valcabado del Páramo.

Este entramado geométrico de gran regularidad, formado por el arranque de estrellas de ocho puntas, fue incorporado en el almizate de esta techumbre que también cuenta con diversos motivos tallados, como dentellones, espejos circulares, arquillos, cadenetas y ornamentos vegetales de raigambre clásica.

¿Una ruta mudéjar?


Se trata de uno de los pocos artesonados mudéjares que aún se conservan en el tramo leonés de la Ruta de la Plata, típico de la misma, y que se encuentra deteriorado. En el sur de la provincia se pueden conocer un total de nueve iglesias con sus respectivos firmamentos de este arte: Alija del Infantado, Saludes de Castroponce, Grajal de Ribera, Valcabado del Páramo, Azares del Páramo, La Bañeza, Santa Colomba de la Vega, Riego de la Vega y San Félix de la Vega. Esta riqueza ha abierto la posibilidad de crear una ruta que atraiga visitantes a una zona afectada por la despoblación y que apuesta por sus atractivos.

Precisamente, además de la notable motivación que supone “no perder las tradiciones, sentimientos y propiedades culturales”, la puesta en marcha de una ruta de este tipo es otra de las justificaciones que permitiría poner en valor este recurso histórico. Ello permitiría, incluso, frenar la sangría poblacional de esta zona rural.

De momento hay un acuerdo unánime entre los pueblos afectos a la ruta para perfilar cuestiones como el estudio histórico artístico de las piezas a visitar, diseño de la ruta, imagen corporativa, difusión, marketing, actividades complementarias...; incluso un centro de interpretación del mudéjar en la zona. “Si este ejemplo ha sido válido para Zamora y Salamanca, e incluso en otras zonas de la Península Ibérica, como es la ruta del mudéjar en Aragón, ¿por qué no darle continuidad al sur de León a esa columna vertebral de la carpintería de lo blanco?”, se cuestiona la Junta Vecinal de la localidad.

De este modo son los propios pueblos los que ofrecen a las instituciones una medida que se puede incluir en un “plan de choque” para prevenir la despoblación y que “está esperando ser atendida”.

Pasos de una restauración


La pieza a tratar en el templo de Valcabado es de época renacentista, por la tipología y características estéticas, del siglo XVI. Tiene una estructura de pirámide truncada octogonal. La decoración es de lacería solo en el centro, con rosetones vegetales. La obra tiene unas dimensiones máximas aproximadas de 20 por siete metros y está realizada en madera vista.

Ocupa casi la totalidad de la nave central de la iglesia. El diagnóstico de la obra se determinó a partir de un análisis organoléptico de la misma, “llegándose a la conclusión de que su estado general de conservación es malo”. Las causas de la alteración se encuentran básicamente en la estructura del conjunto. Los tipos de deterioro son generalizados en cuanto a su integridad física y puntuales en su integridad estética.

El soporte se encuentra realizado en madera con múltiples piezas ensambladas mediante cajas, clavos y encolados. Presenta un tipo de deterioro muy generalizado, desde humedades de antiguas goteras a pérdidas de soporte puntuales en estas zonas. En el área posterior, correspondiente al coro del templo, se han perdido grandes paños del artesonado que han sido sustituidos en la época en la que se realizó el trabajo en la cubierta. A ellos se suman grietas de movimiento de las piezas, xilófagos y hongos.

La propuesta de restauración se refiere a todos y cada uno de los conjuntos artísticos que componen la obra, ya que los tratamientos son unitarios y consecuentes. Los materiales y técnicas que se utilizarán serán “inocuos, reversibles y respetuosos” con el significado histórico funcional de la pieza.

El desmontaje se realizará en las zonas que lo precisen para su tratamiento, con el siglado de las piezas para su posterior colocación; se eliminarán mecánicamente los hongos, previo secado de las piezas, y se le aplicará fungicida líquido; la desinfección se llevará a cabo mediante inyección e impregnación; la consolidación se realizará únicamente en las zonas puntuales que lo requieran; se revisará el trazado del artesonado accediendo a su interior para revisar posibles defectos de soporte en las vigas de anclaje; se reintegrará el soporte con injertos de madera de pino curada; la madera se saneará y se extraerán los elementos metálicos que dañen su estructura; y el sellado de grietas se realizará mediante una masilla realizada con serrín tamizado y acetato de polivinilo. El seguimiento de la obra se extenderá durante diez años.

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