El 'gurú' de las bodas que salió de la mina

El exminero y fotógrafo de bodas Roberto Vega obtiene dos premios Fearless que lo encumbran como uno de los representantes más valorados de la profesión

D. Álvarez (ICAL)
14/07/2019
 Actualizado a 15/09/2019
Una de las fotografías premiadas.
Una de las fotografías premiadas.
En septiembre de 2010, el berciano Roberto Vega era uno más de los mineros que participaba en la ‘marcha negra’ con la que los trabajadores del sector recorrieron la provincia de León reclamando un futuro de un color más halagüeño que el del mineral que extraían. Si algo lo distinguía del resto de compañeros era su inseparable cámara de fotos, con la que ejerció prácticamente de «reportero» de la protesta. «Iba en la marcha y al mismo tiempo iba haciendo fotografías y publiqué muchas de ellas», recuerda.

Menos de una década después, lo que entonces era sólo una afición que lo había acompañado desde que en 1992 tuvo acceso por primera vez a una cámara analógica de su padre, se ha convertido en su profesión y lo ha encumbrado a los puestos más altos entre los fotógrafos de bodas del panorama internacional, gracias a los premios que le han entregado ISPWP y Fearless, las dos asociaciones profesionales de más prestigio a nivel internacional.

Cuando perdió su trabajo en la minería a cielo abierto, Roberto tuvo que buscarse la vida con diversos negocios que aún compagina con su profesión principal, como un lavado de coches y un centro estético. Por aquel entonces, su afición como fotógrafo se volcaba exclusivamente hacía el paisaje y fue con imágenes de ese tipo, relacionadas con motivos como la vendimia, el Camino de Santiago o la Semana Santa, con las que consiguió alzarse con sus primeros premios de relevancia.

En el mundo de las bodas, su mentor fue el fotógrafo de Toral de los Vados José Luis Sobredo, que le pidió que le acompañara como segundo de a bordo a una ceremonia. «A los tres años ya estaba haciendo bodas yo solo, por mi cuenta. Para mí no es trabajo, es una afición, aunque me da mi rendimiento», reconoce.

La «imaginación» a la hora de componer las imágenes y el dominio del «lenguaje visual de líneas, colores, luces y texturas» son los ingredientes con los que Roberto trata de «narrar una historia de principio a fin». «El reto de cada boda es explicar lo que está pasando con una cámara y que alguien que no sepa la historia la pueda llegar a intuir. Mi trabajo no se acaba con la ceremonia, me gusta estar con los novios en una cita previa y compartir los momentos íntimos de antes de la boda con la familia», explica.

Con esa filosofía, su trabajo ha llamado la atención de dos de las más prestigiosas asociaciones profesionales internacionales de fotógrafos de boda, Fearless y la Internacional Society of Professional Wedding Photographers (ISPWP). Ambas instituciones organizan concursos periódicos cada tres o cuatro meses en los que un jurado internacional decide cuáles son las mejores instantáneas del momento. En el último concurso de Fearless, sólo 67 profesionales y 190 fotos resultaron premiados entre las más de 10.000 imágenes presentadas.


En esa ronda del certamen, el berciano consiguió que dos de las instantáneas galardonadas llevasen su firma, dos premios que se unen a uno anterior que consiguió en la última ronda del año pasado, con su primera participación. Por su parte, en ISPWP las imágenes de Roberto acumulan este año cinco premios en las diversas rondas del concurso.
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