El Gullón entre bambalinas

El teatro abrió este miércoles sus puertas al público por vez primera para mostrar todos los entresijos de este edificio, dividido en tres plantas, sótano y bajo cubierta, y con capacidad para 500 personas

Patricia Ferrero
24/08/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Una imagen del teatro visto desde el escenario.
Una imagen del teatro visto desde el escenario.
El teatro Gullón se descubrió este miércoles al público por primera vez en una jornada de puertas abiertas abarrotada de curiosos. No es para menos. El interior del teatro astorgano ha sido un gran desconocido para el conjunto de la población durante años, y ahora, con todas las remodelaciones completadas, desvela todos los entresijos que esconde entre bambalinas.

Haciendo un recorrido por este emblemático edificio, el visitante desciende desde la bajo cubierta, una planta en la que, entre otras cosas, se encuentra una sala que bien podría dedicarse a ensayos de danza o similar. Pero eso todavía está por determinar. De la planta superior a la segunda. Allí, el Gullón cuenta con una sala anexa al Museo Romano, ya que será donde se coloque el mosaico encontrado hace unos meses en el solar de la calle San José de Mayo. En este piso también se encuentra la sala de control y permitirá el acceso a la primera planta, donde se ubica el anfiteatro, que cuenta con unas 200 butacas, contando también los palcos. En este nivel también se encuentra la sala de exposiciones y congresos, siendo ésta la única que ha sido abierta al público y utilizada con anterioridad, ya que fue la encargada de albergar el Congreso Internacional de Ricardo Gullón la pasada semana. Alberga 70 plazas y está adaptada para recoger muestras artísticas.

La planta baja dará acceso a la platea, con aproximadamente 300 asientos, incluyendo también algunos espacios para personas discapacitadas. En total serán unas 500 plazas en este edificio, que si bien se prevé utilizar para otras actividades, el objetivo último es que se dedique a aquello para lo que está destinado, el teatro.

Cabe mencionar que cuenta también con un sótano, que permitirá acceder al foso de la orquesta. Un pequeño espacio pensado para albergar pequeñas agrupaciones musicales, con vistas al patio de butacas, bajo el escenario. El teatro, además, guarda un secreto en este piso, y es que, desde una de sus salas se puede ver parte del cabecero de la basílica judicial romana.

Por último, apuntar que en cada una de las plantas hay dos camerinos, aún por rematar, con una capacidad total para 22 personas.

A falta de algunos retoques en el interior, como lo anteriormente mencionado, también falta implantar el búho de Gaudí; una escultura que servirá de emblema de este singular y llamativo edificio astorgano que vio la luz por primera vez en el año 1900, viendo cómo se transformaba la ciudad y siendo parte de su transformación, a lo largo de más de un siglo.

El teatro ha necesitado tiempo y mucho dinero, más de cuatro millones de euros –de subvención concedida en el gobierno de Zapatero y unos 400.000 euros del Ayuntamiento en esta última legislatura–, para esta puesta a punto integral. Pero el esfuerzo, sin duda, ha merecido la pena, porque el Gullón es «todo un orgullo para la ciudad de Astorga», según la concejala de Cultura, Emilia Villanueva. Eso sí, todavía está pendiente de inauguración; si bien esperan que sea pronto.
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