El futuro de la pesca deportiva de la trucha

El porvenir de esta modalidad en la provincia pasa por la restauración del hábitat fluvial y la pesca sin muerte

Rodrigo Prado Núñez
16/03/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Un pescador devuelve una trucha al Porma. | R.P.N.
Un pescador devuelve una trucha al Porma. | R.P.N.
A la administración le corresponde respetar la naturalidad y el dinamismo de los ríos, que son mucho más que corrientes de agua. Responsabilidad de las Confederaciones Hidrográficas, cuando tratamos de impedir con obras y escolleras sus crecidas e inundaciones, estamos renunciando a esos procesos naturales que son necesarios para la limpieza, dragado, erosión y la renovación del cauce. Tampoco se debe de impedir la libre circulación de los peces con barreras infranqueables y hay que mejorar los sistemas de depuración de las aguas. Restaurar un río es darle libertad y naturalidad. Los ríos y los peces no necesitan obras, tan solo aguas limpias. En todo esto hay mucho que hacer y deshacer.

Allá por los años 20 del siglo pasado, en Estados Unidos, en Inglaterra y algún país más con gran riqueza fluvial, empezaron a establecer zonas sin muerte para la pesca de los salmónidos, ‘Catch & Release’. Fue así que, poco a poco, se creó un sentimiento de conservacionismo a lo que muchos pescadores se sumaron, sobre todo en esos estados con un gran turismo de pesca deportiva. Pero aquí, a nuestro territorio, tardaría aun muchos años en llegar.

Fue en 1981 que se creó el primer coto sin muerte de España en Peralejos de las Truchas (Guadalajara), pero esa moda de ‘Captura y Suelta’ seguiría muy lenta a pesar de la decadencia de los ríos. Pero al final del siglo pasado y al comienzo de este siglo esa corriente se incrementa y son muchos los pescadores que pescan sin muerte por convencimiento, y la pesca deportiva se empieza a considerar como la mejor opción para la conservación de las especies piscícolas. Las truchas que te lleves ya no las podrás volver a pescar, pensamiento que cala, sobre todo, entre los pescadores de mosca.

El inventario es necesario para controlar y evaluar la composición y abundancia de la fauna piscícola El futuro de la pesca deportiva pasa, irremediablemente, por la regeneración natural de los ríos a base del mantenimiento de los reproductores. Y aquí es donde los pescadores tienen que tener claro que la pesca sin muerte contribuye a mantener las poblaciones de peces y a consolidar la vida de los ecosistemas acuáticos. La pesca fluvial en España se encuentra regulada por las autonomías que tienen trasferidas esas competencias y observamos con agrado que la mayoría de esas leyes se van adaptando a los nuevos tiempos y esas normativas cada vez son más protectoras para con los peces.

Cierto es que cada pescador puede elegir su forma de pescar y es por esto que la administración establece zonas con muerte para esos pescadores, que, dentro de la Ley, se quieran llevar las truchas. ¿La pesca deportiva y la tradicional pueden ir de la mano? Según la Ley en Castilla y León sí, siempre que prime la conservación de las especies. Pero aquí, en este mundo de la pesca como en casi todo, el pensar y pescar diferente nos suele convertir en enemigos sin intentar comprender otras razones y posibilidades. Situarnos en los extremos nos lleva a negar la realidad de otros argumentos y fácilmente nos alejará de la verdad.

La pesca sin muerte no es el milagro que solucione los muchos problemas de los ríos, pero, reconociendo otros puntos de vista, entendemos que es el mejor camino para la conservación de los peces y especialmente para los salmónidos.

En nuestra Comunidad Autónoma la Ley 9/2013, de 3 de diciembre y con carácter general, dice que se practicará la pesca sin muerte en aquellas masas donde la trucha, como especie de interés preferente,está presente de forma significativa. No obstante, y en aquellos lugares cuyo plan de pesca evidencia que es posible realizar una extracción sostenible del recurso, se permite la pesca con muerte.

Este último párrafo se refiere a los cotos y AREC donde se pueden extraer truchas con el consiguiente permiso, que será de dos truchas en los AREC y hasta de cuatro en los cotos con muerte, pero dice claramente que, «cuando el plan de pesca evidencie que es posible realizar una extracción sostenible del recurso».

Por el Servicio Territorial de Medio Ambiente de León se realizan muestreos anuales en muchas zonas de nuestros ríos, de los cuales diez son puntos fijos de vigilancia, obteniendo información detallada sobre los peces de las zonas controladas, pero no en todas las zonas de extracción se constata esa ‘evidencia’ que demanda la Ley. El inventario es necesario para controlar y evaluar la composición y abundancia de la fauna piscícola, y así, con esa base de datos, poder ajustar los parámetros de una gestión sostenible. Esperamos que, con el Reglamento de Pesca ya en vigor y con el soporte de mayores recursos, tanto humanos como materiales, se pueda cumplimentar eso que demanda la Ley.
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