El fútbol sí toma el cielo por asalto

22/09/2017
 Actualizado a 19/09/2019
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Cuando Pablo Iglesias, el de ahora, quiso tomar el cielo por asalto se encontró en la puerta con San Pedro y dicen que sigue allí esperando.
No siempre se puede tomar el cielo, ni siquiera por asalto.

Es más, casi siempre está cerrado, que ya lo dijo Calderón por boca de Segismundo: «Que los sueños, sueños son».

Ese privilegio, de lo que yo conozco por aquí abajo, sólo está reservado al fútbol, que asalta los cielos cuando le da la gana.

Incluso teniendo un sospechoso presidente que no sabe pronunciar la palabra fútbol, imposible para él, y que la redondea a ‘fúrbol’.

Incluso propiciando que aquellos que defraudan en vez de llegar a los juzgados entre gritos de chorizos, que es lo que toca, se encuentran con cientos de seguidores que les aplauden a rabiar.

Incluso... Pero cuando el balón se convierte en mundo toma el cielo por asalto y que se ponga San Pedro como le de la gana.

En Leónya lo ha tomado. La lucha, el deporte de aquí, pasaba por ser el más ajeno al asalto del balón. Pero nadie puede parar esta fiebre y los balones se han sentado en primera fila, la megafonía anunciaba en Mansilla los goles de la Cultu ante el Pucela de Valladolid, algún ilustre exluchador se fue al Reino... De los cielos, por asalto.
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