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El frío que nos llega

17/09/2022
 Actualizado a 17/09/2022
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Aunque el calendario diga ‘verano’ el clima grita: ‘otoño’. Y el temporal manda. El hombre sobrevive. No hace falta esperar al equinoccio para ir pensando en el frío que nos llega y cómo podremos combatirlo. Este año, el frío deambula en nuestra mente desde el mismo momento en que nuestras toallas se secaban del último baño del verano. El frío es como una especie de fantasma gigante, helado y torpe que toma nuestros huesos y va cubriendo con su gélido manto cada objeto de nuestras casas. Nadie sabe por ahora como pararlo y al precio al que están luz, gasóleo y gas, puede hacernos caer en desgracia.

La energía tradicional se agota, vuela, nos asfixia. Y en esa ascensión vertical es como un huracán que arrasa con todo. Arrasa con la cesta de la compra, la hipoteca, el alquiler, los libros, los aromas, todo necesita moverse, producirse, nacer. Ello supone y exige un desgaste inagotable de recursos que cada vez son más caros y escasos. El problema no es solo la guerra, el problema es denso como un panal de rica miel.

Los políticos no paran de discutir y se echan la culpa unos a otros, tú eres poco patriota porque no votas lo que yo propongo, tú eres un imbécil porque defiendes unas fuentes de energía ineficaces… Y así estamos, entre greñas y diretes, solos y desamparados. Si esperamos que nos solucionen la vida estamos listos. Ellos, los seres menos empáticos que existen. Por ejemplo, ahora mismo se da la circunstancia de que los habitantes de un chalet, vivienda de lujo, tienen más descuento en su recibo de la luz que una familia que vive en un piso de alquiler. ¿Será porque sus señorías viven todos en casoplones? No se acuerdan de los infelices que sobrevivimos en apartamentos. Bajen los impuestos, ofrezcan cheques ayuda a los vulnerables e investiguen, a futuro, las posibilidades del hierro, porque ahora es solo una hipótesis, pero dentro de unos años, la diferencia entre la vida o la muerte.
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