El fiel escudero del abuelo

15/06/2018
 Actualizado a 05/09/2019
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Una de las señas de identidad de nuestros abuelos y abuelas es la cacha o el bastón, depende. Siempre allí, a su lado, les da seguridad.

Aunque no siempre la necesitan, como el de la foto que marchó y ahí la dejó posada. Entraría a coger algo a la cocina o a por el sombrero, que parece que el verano sí quiere aparecer después de semanas en las que la lluvia ha inundado hasta los pantanos.

Y para estos viajes cortos le pueden dar descanso. Otra cosa es cuando empieza el diario paseo por las calles del pueblo o hasta las afueras, siguiendo día a día el mismo camino y aprovechando así para ver si las cerezas se helaron, si la presa baja con menos agua, si ya pusieron sus huevos las cigüeñas, si van creciendo los días, si ya no hay transporte escolar por las tardes...

Y con la cacha o el bastón de fieles escuderos, para sentir la seguridad de llevarla, para ‘amenazar’ a algún perro que ladra a lo lejos, para apartar alguna rama que ha tirado el viento, para acercar las peras del árbol, para jugar con ella haciendo dibujos en el suelo al sentarse en aquellos lugares tomados cada día como de descanso: en la fuente, en algún banco, sobre la pared o en la terraza del bar del pueblo... Y que no lo cierren.

Y la goma en la parte inferior para no resbalar. Fundamental.
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