'El Farias', el leonés que soportó 24 años la diana diaria de ETA

Manuel Martín fue un emigrante leonés en el País Vasco, un tipo comprometido, sindicalista y socialista, fue concejal durante 24 años en Gernika y soportó las amenazas constantes de ETA, a él, a su familia... Siempre en la diana

Fulgencio Fernández
29/12/2019
 Actualizado a 29/12/2019
farias-291219.jpg
farias-291219.jpg
Un día regresaba Alberto Pérez Ruiz de aquellos largos paseos con los que combatía su enfermedad. Se detuvo. «He quedado a las 12 con Manuel, vete a conocerlo, es el tipo más valiente y noble que he conocido».

Con esa presentación imposible no ir. Allí estaba Manuel Martín, al que todos llamaban El Farias, quien pronto avisó: «No lo tomes a mal, no quiero ningún reportaje, ahora mismo lo que más aprecio en la vida es el anonimato, la tranquilidad, poder pasear, estar aquí charlando...».

No lo tomé a mal, a bien tampoco. Pero según avanzaba la conversación lo entendí todo, a él y la presentación de Pérez Ruiz, que de no ser verdad en algo es porque se quedó cortó en la valentía y la dignidad del paisano. Del leonés. Del emigrante.

- Marché, como tantos, a buscarme la vida en el País Vasco, como trabajador de una fábrica de cubiertos. Y sindicalista.

Una vez allí, Gernika fue su destino, recibió el apodo que le acompañó siempre, El Farias, como fumador empedernido y les regaló una entrega sin dobleces a sus causas: el sindicalismo y el socialismo, el mundo obrero, tanto que fue 24 años concejal del PSOE (de 1983 hasta 2007), contra viento y marea, hasta el punto que desde que él abandonó el ayuntamiento los socialistas no han sacado ni un concejal.

Las frases que iba soltando sobre su andadura son terribles y nos acercan a lo que pudo se su batalla diaria en los llamados «años del plomo» en una localidad muy complicada.

- En los plenos hablaban en euskera y yo no lo entendía, hasta que no pasaron cinco años no me pusieron un traductor, me arreglaba como buenamente podía.
- Comenzó a aparecer mi nombre, mi apodo, en las famosas dianas de la muerte y nadie daba un paso al frente de manera pública para defenderme.
- Un día encontré mi modesto coche de trabajador calcinado.
- Otra vez explotó un coctel molotov en nuestra vivienda...

Y nada le hacía replantearse su postura valiente y firme pero, reconocía, «cuando aparecieron las amenazas contra mis hijos te recorre el cuerpo un escalofrío. Y Rosa Mari (su mujer), que estuvo siempre a mi lado, también tembló indignada». Y de ahí surgió lo que él definía como ‘la única concesión’ con la banda terrorista, y pidió a su hijo que se fuera a estudiar fuera del País Vasco. «Estudió la carrera aquí, en León, ¿dónde mejor?».

¡Cómo para no entender su necesidad de paz y tranquilidad! No había contactado el leonés con Pérez Ruiz por asuntos del partido sino buscando contactos en Ponferrada para tratar de localizar a familiares desaparecidos en las cunetas, y era la época en la que el ex-presidente de la Diputación trabajaba también en ese campo.

Andaba Pérez Ruiz en una época de cuidar su salud y recriminó a El Farias su vicio de fumar, le salió el vasco-leonés socarrón a Martín: «Sé que me va a matar el tabaco;por eso que casi me cae bien, va a lograr lo que no se atrevió a hacer ETA».

Poco más supe de Manuel Martín ‘El Farias’, alguna noticia de su búsqueda de familiares en El Bierzo y esta semana la noticia de su muerte, quizás fruto del tabaco. Descanse en paz, nunca mejor dicho.
Archivado en
Lo más leído