El Faedo de Ciñera

Estarás conmigo en que el otoño, sobre todo en su primera mitad, tiene un encanto especial; entre otras cosas, supongo, por la vuelta a la necesaria ‘normalidad’ tras el descontrol veraniego… Es época, primero de vendimia, y luego de castañas; de san Froilán, las fiestas más leonesas –y, unos días antes, de san Miguel, patrón de Losada–; de la Feria de los Productos de León; y, poco después, de honrar a nuestros difuntos e, incluso, del ‘truco o trato’… si te has dejado seducir por tradiciones ajenas que, dicho sea de paso, mientras complementen –y no suplanten– a las nuestras, no tienen por qué ser incompatibles…

El otoño, además, ‘viste’ a nuestros montes de distintos tonos marrones y… oye, hay que reconocer que no les ‘sientan’ nada mal… Ejemplos, ni que decir tiene, podemos poner los que queramos; pero, esta vez, me ha venido a la mente el Faedo de Ciñera… Sí, ya sé que en cualquier momento del año parece el escenario de un cuento de hadas; pero yo diría que en otoño, si cabe, aún más…

A unos 40 kilómetros al norte de la capital leonesa –40 minutos en coche, según Google Maps–, por si no la sitúas, se encuentra Ciñera, y una vez allí, no hay ni media hora paseando hasta el Faedo, un cuidado bosque de hayas –reconocido en 2008 como el ‘Bosque Mejor Conservado de España’–, atravesado por el arroyo del Villar, que forma parte de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga. Se encuentra entre Ciñera, en el municipio de La Pola de Gordón, y Villar del Puerto, en el de Vegacervera, y ya los vecinos de este último lo recorrían para ir a trabajar a las minas.

Si tienes ocasión, no dejes de acercarte a visitarlo, y verás cómo te sumerges en un mundo ‘mágico’ en el que –según el cuento de Josefina Díaz del Cuadro–, hace muchos, muchos años, habitó Haeda, una bruja buena, ‘hacedora’ del carbón de la zona, y a la que se debe también que allí los niños no pasen frío por las noches… ¡Ah! Y no te olvides de hacerte una foto junto a Fagus, el haya más emblemática del Faedo.