El eterno rival para curar las heridas

El Abanca Ademar busca recuperar la senda de las victorias este miércoles (20:30 horas) en el derbi ante un Atlético Valladolid al que ha ganado siempre / Slavic, listo para regresar

Jesús Coca Aguilera
13/11/2018
 Actualizado a 13/09/2019
Acacio se cuela entre Rubén Río y Serrano en el último derbi. | JAVIER QUINTANA
Acacio se cuela entre Rubén Río y Serrano en el último derbi. | JAVIER QUINTANA
Si hay un partido especial para el Abanca Ademar y su hinchada, ese es el derbi contra el Valladolid. Una rivalidad que va más allá del deporte, que durante años se vivió en lo más alto del balonmano español y que, tras pararse durante unos años por la desaparición del antiguo club vallisoletano, se ha recuperado desde hace dos temporadas con el regreso de este nuevo Atlético.

El eterno rival llega al Palacio este miércoles, a partir de las 20:30 horas, como invitado ideal para curar las heridas de la escuadra ademarista, que se presenta tras perder sin tener opciones en el tramo final tanto en Bucarest como en Cuenca, y que necesita el triunfo para no entrar en una dinámica negativa y ver alejarse la Copa Asobal, más teniendo en cuenta que la semana que viene le toca la imposible visita al Palau Blaugrana.

Para ello Rafa Guijosa podrá contar de nuevo con el meta croata Dino Slavic, puesto que la resonancia realizada en León ha traído buenas noticias. Se confirma que lo que tiene es una subluxación en el dedo, el cual se le ha inmovilizado con un vendaje que le permitirá ir convocado frente al Valladolid, provocando que la única baja sea la de José Mario Carrillo, puesto que Juanjo Fernández ya reapareció en Huesca.

La resonancia de Slavic confirma que sólo tiene una subluxación en el dedo, por lo que entra en convocatoria También una única baja tendrá el conjunto pucelano, la del extremo Jorge Serrano, que tras ser uno de los más destacados en el arranque de temporada dijo adiós a la misma tras romperse el ligamento cruzado de su rodilla en un entrenamiento.

Un bloque sólido y un uso continuo del contraataque brilla en este Valladolid, que a las órdenes del exjugador ademarista David Pisonero está dando una de cal y otra de arena en este inicio de temporada, en una irregularidad cuyo mejor ejemplo se ha vivido en las dos últimas semanas.

Y es que hace 10 días se convirtió en el único equipo que ha ganado a domicilio a La Rioja, a quien se impuso por 29-32, pero una semana después sacó de su crisis al Anaitasuna, que se impuso 28-29 en el Huerta del Rey.

Dos caras de un equipo que ha empatado con el actual segundo clasificado, el Bidasoa, o ha ganado al Benidorm o en la difícil pista del Cangas; pero que también ha caído fuera ante el Sinfín o en casa con Guadalajara.

Las penetraciones y el juego con el pivote Serdio, armas de un Valladolid que en su última salida ganó a La Rioja Adolece de lanzamiento exterior, pues sólo el lateral zurdo Rubén Río destaca desde nueve metros, pero tiene numerosos penetradores que además juegan muy bien con la segunda línea, como son los centrales Diego Camino, Adrián Fernández, Turrado o Víctor Rodríguez.

Ellos nutren de balones a uno de sus principales estiletes, el joven pivote Abel Serdio, máximo goleador del equipo y cuya gran temporada se vio premiada en el último mes con la llamada de la selección española. Los jovencísimos Manu García y Dani Pérez, de menos de 22 años, asumen la responsabilidad en los extremos junto a Miguel Camino.

Son las piezas que destacan en un Valladolid al que le sigue faltando un punto para aspirar a pelear por Europa, pero que puede dar una sorpresa a cualquier a de los de arriba. De momento, en los cuatro duelos que han jugado en su historia, el Ademar siempre la ha evitado pues ha ganado todos los choques. ¿La intención? Que siga la racha.
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