El eslabón más débil

Hay muchas incógnitas en torno al triste accidente registrado ayer en las inmediaciones de Matallana de Valmadrigal. Muchas incógnitas y una evidencia: un conductor que quintuplicaba la casa de alcoholemia, que se dio a la fuga después del accidente y que, como no podía ser de otra manera, ya está en prisión. Pero hay otras cuestiones sin resolver en ese accidente, como el misterio por el que muchos peregrinos se salen en este punto del trazado del Camino de Santiago Francés (era el caso), o por qué esta familia de vascos con raíces asturianas, a pesar de que se hubieran salido del Camino tradicional, no circulaban por los caminos cercanos, sin duda mucho más seguros. En cualquier caso, la irresponsabilidad, aquí, es de una única persona, el conductor que triplicaba la tasa de alcoholemia, y sobre el que tiene que caer ahora todo el peso de la ley. A pesar de las informaciones erróneas que se fueron publicado a lo largo de la jornada, el conductor venía de Valladolid, donde se supone que había trabajado. El tramo es una recta muy cercana al punto donde termina la autovía A-60, aún por terminar. Lo que resulta evidente es que, con el patrimonio fallecido ayer, son ya 9 los muertos en las carreteras leonesas en lo que va de año, una cifra preocupante si tenemos en cuenta que nos adentramos en los meses de verano, en los que se cumple la macabra tradición de que se disparan las estadísticas de siniestralidad en el tráfico. La responsabilidad es de todos los conductores.