El equipo 'covid persistente' del Caule: "Estamos aprendiendo en tiempo real"

Neumología, Medicina Interna y Psiquiatría se complementan para abordar una dolencia que abarca numerosos síntomas y les obliga a trabajar con un alto grado de "incertidumbre"

Cristina Centeno
06/06/2022
 Actualizado a 06/06/2022
El psiquiatra Antonio Serrano junto a José Luis Mostaza y José Guerra, de Medicina Interna. | MAURICIO PEÑA
El psiquiatra Antonio Serrano junto a José Luis Mostaza y José Guerra, de Medicina Interna. | MAURICIO PEÑA
La llegada del Covid-19 en 2020 obligó a hacer frente a algo hasta entonces desconocido. Más de dos años y siete olas después, la ciencia ha avanzado al ritmo de la pandemia con las vacunas como gran hito, pero aún quedan incógnitas. Una de ellas es la referida al covid persistente, una patología que afecta al 10 por ciento de los contagiados, por lo que en la provincia de León llegaría a alrededor de 12.000 personas.

Pero, ¿qué es el covid persistente? La medicina no tiene todavía una definición precisa, aunque se engloba bajo esta denominación a los pacientes que mantienen en el tiempo síntomas que pueden relacionarse con la infección por Sars-Cov-2. En el Complejo Asistencial Universitario de León (Caule) trabajan de forma coordinada desde distintas especialidades para tratar de dar una solución a estos casos. «Estamos aprendiendo de la patología en tiempo real, según estaban ocurriendo las cosas. Está siendo un reto enorme porque tenemos que tomar decisiones con un grado de incertidumbre muy alto y sin tenerlo claro, porque vamos aprendiendo de lo que vemos en cada momento», explica el internista José Guerra, coordinador covid del Caule.

Se calcula que el 10 % de los infectados desarrolla covid persistente, por lo que en León serían unos 12.000  Neumología, Medicina Interna y Psiquiatría son las áreas que se complementan en la atención a estos pacientes, muy diferentes entre sí y con un abanico «interminable» de síntomas. Sufren cansancio, niebla mental, olvidos frecuentes, dolor, apatía, caída de pelo y un largo etcétera que merma su calidad de vida. Además, la gran mayoría de las personas que sufren covid persistente no han pasado la infección de forma grave. «Ocurre de manera mayoritaria en los pacientes que han estado en su domicilio y que no tuvieron un cuadro de covid especialmente grave», asegura el doctor Guerra. La alerta suele llegar cuando tres meses después de pasar la infección hay síntomas que no desaparecen. Aunque afecta a personas de todas las edades, el perfil más común es el de una mujer de mediana edad, entre 40 y 50 años.

El coordinador covid del Caule llama a diferenciar en estos casos entre las secuelas objetivables –que se dan mayoritariamente en personas que pasaron por la UCI y pueden salir con patologías respiratorias, fibrosis, etcétera– y las que no lo son. «Por más que intentamos hacer estudios objetivos no encontramos nada», confirma Guerra, algo que «es muy frustrante tanto para el paciente como para el profesional».

Por ello, el primer cometido de los médicos a los que llegan estos casos es hacer «una buena historia clínica» para saber todas las características de la infección por covid. «Con esa historia clínica lo que se busca es contemplarlo desde un modo biopsicosocial. Hay que contemplar no solo el covid, si no todas las variables. Hay una biológica muy clara que es el coronavirus pero en cualquier enfermedad, vale para cualquier proceso, las enfermedades se dan en personas y esas personas tienen un funcionamiento psíquico y unas circunstancias sociales. Y todo eso da como resultado los procesos de enfermedad y la vivencia de la enfermedad por la persona», detalla el psiquiatra Antonio Serrano, quien celebra el clima de colaboración y coordinación surgido entre las diferentes especialidades del hospital a raíz de los peores momentos de la pandemia.

Neumología, Medicina Interna y Psiquiatría son las especialidades que forman este equipo multidisciplinar  Si después de realizar las pruebas objetivables pertinentes no se encuentra nada, «nuestro primer paso es tranquilizar al paciente y decirle que objetivamente a día de hoy y con lo que nosotros sabemos no hay nada. También decirle que en general lo que estamos viendo es que estos síntomas con el tiempo mejoran, un tiempo variable que no es igual para todos. Y, tercero, que todos estos síntomas pueden tener otro enfoque desde Psiquiatría», explica Guerra. Aunque «no desde el punto de vista de que sea una enfermedad mental, porque muchas veces existen creencias falsas», aclara Serrano. Para muchos de estos pacientes la infección supuso una «ruptura biográfica» de la que no han logrado recuperarse.

El objetivo entre todas las especialidades que colaboran en la atención de estos pacientes en el Caule es llegar a «aliviar» su sufrimiento. Las palabras «frustración» e «incertidumbre» están en boca de los profesionales médicos que les tratan. «A día de hoy otro reto que tenemos encima de la mesa es que no hay ninguna evidencia de que estos pacientes tengan alguna alteración física o biológica adjetivable, pero eso no quita que dentro de ‘x’ tiempo alguien publique un estudio y buscando en su sistema nervioso central encuentre algo, una proteína diferente...» asegura Guerra insistiendo en que se enfrentan a algo desconocido. Muchas de las personas que sufren covid persistente se quedan en Atención Primaria, otras son derivadas al hospital a través de diferentes especialidades como Reumatología, por dolores musculares o articulares, o Neurología, por cefaleas u olvidos. A ellas se suman Neumología, Medicina Interna y Psiquiatría, las más involucradas en este equipo multidisciplinar desde el que se aborda la enfermedad.

El perfil es de un paciente que no tuvo uncovid grave, mayoritariamente mujeres de entre 40 y 50 años Los doctores Guerra y Serrano coinciden, no obstante, en enviar un mensaje de esperanza a estos pacientes. Tras realizar las pruebas pertinentes y tranquilizarles si no se encuentra nada ‘objetivable’, «les planteamos que empiecen a recuperar poco a poco y según sus posibilidades su actividad laboral, deportiva... y una buena parte de ellos lo consiguen. No están como antes de la infección, pero lentamente mejoran», asegura el coordinador covid del hospital. Entre el sexto y el octavo mes, el cambio es «considerable».

«Sabemos muy pocas cosas de este bicho a largo plazo y tenemos que ser muy humildes con esto porque vamos incorporando los pequeños avances pero con un grado de incertidumbre muy grande», insiste Serrano. Para dar respuesta a algunas de las dudas que plantea el covid persistente, desde Psiquiatría trabajan también en diferentes líneas de investigación con varias hipótesis, como la relación con los síndromes de sensibilización central.
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