El enigma de lo cuadrafónico

La puta canícula me esnorta. Estas cosas no me pasan en invierno ni borracho (bueno, borracho igual sí, como no me acuerdo). Viene es a cuento en lo tocante a lo que me pasó en las fiestas de Villamanín, que son de obligada asistencia porque son las últimas de las mayores y traen orquestas de las que se decía antes que tienen sonido cuadrafónico.

- ¿Qué es esto del sonido Cuadrafónico que pone el cartel de la orquesta?;preguntó Mesiapraos, que siempre todo lo quería saber.

- Muy fácil. Que la orquesta toca aquí en el Casino y la escuchas perfectamente en la cuadra mientras ordeñas;le explicó An Gelillo (en lleunés Angelillo), que para algo era el presidente del Grupo de los Filósofos de lo Rural Sin Obra Publicada (hoy presidente de honor pues ya ha fallecido).

Vuelvo al suco. Pues que ayer se me metió en la quijotera, cosas de la canícula, que me había hecho daño la ginebra, lo que se llama te dan gato por liebre o Atios por Larios, pues yo escuchaba las canciones en inglés de la orquesta, con el equivalente a lo que es el sonido cuadrafónico en el siglo XXI, y no entendía ni una palabra.

Me fijé más, que la gente que me quería echar colirio en los ojos de lo que me fijaba, y nada, ni para atrás. Yo creo que la cantante no decía ni yes para que no entendiera nada.
Pues que resulta que cuando me di cuenta de que lo que pasaba es que yo no sé ni una palabra de inglés ya se me había metido el agua al coco y no revolvía ni en la rotonda esa de Llanos de Alba que no tiene ninguna salida.

Y entendí la Santidad de Vitalino, que en la Diana de Genicera nada más que toma dos orujos ya habla idiomas que no conoce, incluso el arameo.