El diálogo

La política y la sociedad española lamentan la muerte de Julio Anguita, el histórico líder de Izquierda de Unida y el Partido Comunista que se recordará por no quebrar el compromiso con sus ideales sin cerrarse al diálogo, un ejemplo muy necesario hoy

"Programa, programa y programa", el documento por encima de declaraciones y escenificaciones
17/05/2020
 Actualizado a 17/05/2020
La sociedad, en general, y la política, en particular, lamentan la muerte de Julio Anguita, el histórico líder andaluz de la izquierda que hasta sus últimos días mantuvo el compromiso con sus ideas. Hace pocos días publicaba un vídeo con un manifiesto para la reconstrucción cimentada en sus convicciones. Un defensa férrea de sus principios que no le apartó del diálogo con José María Aznar cuando lo consideró necesario, pese a la discrepancia ideológica, como apuntaba ayer el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. El líder de los ‘populares’ tuvo palabras de recuerdo para Anguita, como el vicepresidente Igea y el resto de fuerzas políticas. La pérdida del comunista que ya en su día reclamaba una fiscalidad conjunta para toda Europa lleva inevitablemente a las comparaciones con la situación que se vive hoy en las instituciones, desde la propia Unión Europea hasta buena parte de los ayuntamientos de España. La fragmentación ha provocado un gran desconcierto con un tono siempre bronco, pese a que prácticamente todos los partidos han llegado a algún tipo de acuerdo, en algún punto del territorio. El último lo hemos visto en la comunidad, con Mañueco y Tudanca mostrando su unidad, mientras en Madrid los mismos partidos demuestran actitudes muy diferentes. Desde una postura claramente alejada del centro, su lema era «programa, programa y programa», el documento por encima de las declaraciones y las escenificaciones a las que acostumbra hoy la política, el texto para facilitar la gobernanza. Una actitud que lleva a la idea del sociólogo Alain Denault para quien «el extremismo no es lo que se encuentra en los extremos del espectro político de izquierda y derecha, sino únicamente la intolerancia mostrada hacia cualquier cosa ajena a uno mismo». Principios, tolerancia y diálogo, un ejemplo más necesario que nunca.
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