eduardo-bajob.jpg

El día más triste

17/01/2018
 Actualizado a 15/09/2019
Guardar
El horror vacui es una ley según la cual cuando una espacio queda vacío, pasa a ser ocupado por otra especie. Sea una bacteria, un decorado o unos párrafos farragosos. Un postulado al que nos somos ajenos: son la decoración del hogar, el mueble bar, la libreta de ahorro, el armario ropero o la nevera. Desiertos que provocan un desolación y escalofríos.

La tendencia a no pensar abre un espacio en el subconsciente para este tipo de normas o leyes, para que otros lo hagan por nosotros. La televisión, los políticos y la publicidad nos muestran el camino, la realidad, nuestros intereses y nos informan sobre lo que nos conviene, creándonos clichés y necesidades. ¿Hay que creerlos? Al ser leyes aparentemente blandas, las seguimos, porque los demás lo hacen y nadie quiere estar fuera de la norma ni dar que hablar.

Llega el ‘black friday’ y sin saber el significado –que es bastante atroz– corremos hacia los grandes almacenes a comprar compulsivamente. Se suman al evento incluso las peluquerías, fruterías, bares, bazares chinos y establecimientos de medio pelo. La cuestión es que todo ello figure en inglés, lo que le da una pátina más moderna, más ‘cool’. El ‘outlet’ eran los tradicionales saldos. ¿A que suena mejor? Otro tanto como ‘merchandising’, ‘movie’ , ‘casting’, ‘bulling’ e infinitos términos con traducción al español.

Me pregunto quién o quiénes serán los inventores de éstas etiquetas de nombres extraños pero seductores y creo que detrás estará la gente avispada del marketing, publicidad, psicólogos y periodistas.

Las últimas, ‘#MeToo’ y Blue Monday.Aunque en el caso del Blue Monday ha sido un matemático que, a partir de ciertos cálculos y pesquisas, ha determinado que «el día más triste es el 15 de enero».

Por mi parte, sintiéndolo no mucho, creo que las ciencias en este caso no son tan exactas. Demasiadas variables, teniendo en cuenta que cada individuo es una de ellas y para generalizar, bastan el sentido común y la mala leche. En cuestión de sentimientos me fío más de lo onírico que de lo científico según los cual, los días más tristes son las tardes de domingo (Eugène Ionesco): «Rien n’est plus triste qu’un dimanche après midi».
Lo más leído