El día en el que el Ademar reinó en España

Este miércoles 16 de junio se cumplen 20 años del título de liga del equipo ademarista, que destronó al Barça tras enlazar una racha de 20 triunfos y un empate y fue campeón ganando al Portland en León

Jesús Coca Aguilera
16/06/2021
 Actualizado a 16/06/2021
Imagen del Palacio de Deportes en el inolvidable partido del título frente al San Antonio. | MAURICIO PEÑA
Imagen del Palacio de Deportes en el inolvidable partido del título frente al San Antonio. | MAURICIO PEÑA
En la historia del Ademar hay muchos puntos álgidos. Numerosos momentos que quedaron en la retina de todos sus aficionados y en general de la mayoría de los leoneses. Pero hay uno que destaca por encima del resto. Un hito que nunca más se volvió a repetir y que situó a a la escuadra ademarista en la cima del balonmano español. Una gesta histórica que convirtió en leyenda a aquel equipo y a sus protagonistas.

Es el título de liga del que este 16 de junio se cumplen 20 años, el logrado en la temporada 2000/01, superando a un FC Barcelona que como en la actualidad dominaba con ‘mano de hierro’ la liga Asobal y la Copa de Europa, pero que mordió el polvo ante la espectacular racha de los leoneses, que encadenaron 20 victorias en 21 partidos para rehacerse de un mal inicio y tocar el cielo.

Un pequeño milagro de una plantilla de la que sólo queda en activo y en el mismo puesto de entonces su gran artífice, el técnico Manolo Cadenas, y que formaban Kasper Hvidt y Armand Torrego en portería; Denis Krivochlykov, Juanín García, Carlos Lima y Antonio Cartón en los extremos; Juancho Pérez, Héctor Castresana y Manolo Colón como pivotes; Iñaki Ordóñez de especialista defensivo; en la primera línea Iker Romero, Csaba Bartok, Alberto Entrerríos, Víctor Álvarez y el ‘genio’ Magnus Andersson; y ayudando desde el segundo equipo Javi Callejo, Carlos Prendes y Alejandro García. Todos ellos, con Juan Arias en la presidencia e Isidoro Martínez de segundo entrenador, consiguieron romper la racha de cinco títulos seguidos del FC Barcelona logrando algo que, si al inicio de la campaña parecía inimaginable, tras dejarse tres puntos en las tres primeras jornadas bien podría haberse dado por imposible.

Vino tras un verano movido. Se cambió media plantilla, perdiendo a Hombrados y Canca, y haciendo 8 fichajes Y es que aunque lo que perdure en la memoria sea el mágico final, el arranque de aquella campaña había sido de todo menos tranquilo. De hecho, en verano, la sensación es que el equipo perdía potencial debido a la marcha de dos de sus buques insignia (José Javier Hombrados y José Luis Pérez Canca) y de otras dos piezas importantes (Fernando Hernández y Salva Esquer); y que además le iba a costar arrancar debido a los numerosos fichajes, con hasta ocho caras nuevas que incluían a los veteranos Bartok, Lima y Ordóñez; a jóvenes prometedores en la figura de Iker Romero, Vïctor Álvarez y Antonio Cartón; a Torrego o a un Héctor Castresana cuya intención inicial aquel año era abandonar la práctica del balonmano.

Y de hecho las peores previsiones se cumplieron, dejándose tres puntos en las tres primeras jornadas, en las que al cómodo triunfo inicial frente al Cantabria (29-20) le siguieron una derrota en la visita a esa pista del Gáldar que tan mal se le dio siempre (31-29) y un polémico empate en casa con el Granollers, con un gol anulado a falta de cinco segundos al extremo Carlos Lima por pisar área al lanzar.

Sin embargo, fue un espejismo que engrasó la maquinaria de un Ademar que desde entonces se mostró imparable. Fue incorporando más piezas, pues primero llegó Krivochlykov y en el tramo final Magnus Andersson, ganando en contundencia, sumando un triunfo tras otro y creyéndoselo cada vez más.

En las 3 primeras jornadas Ademar perdió en Galdar y empató en Granollers.No cayó más hasta ser campeón Sólo un empate cedieron entre la cuarta jornada y la penúltima en la que se proclamaron matemáticamente campeones, siendo especialmente cuatro los partidos claves de la primera vuelta.

¿El primero de ellos? Sin duda el derbi en el Huerta del Rey con el Valladolid, pues en aquellos tiempos la intensidad de esos partidos era tremenda (hubo incidentes en la grada y en la retirada a vestuarios) y los pucelanos tenían un ‘equipazo’ que siempre peleaba en la zona alta. Allí, con un Ademar en cuadro, con sólo nueve jugadores de campo y Cadenas experimentando con Juanín de central y Colón iniciando las jugadas en el lateral para paliar las ausencias, los leoneses vencieron 27-29.

¿El segundo? Fue la visita de otro ‘grande’, el Ciudad Real, marcada por el regreso a León de un Canca al que el público se puso en pie para aplaudir, y en la que de nuevo Cadenas sacó un conejo de su chistera para paliar las ausencias, esta vez jugando durante muchos minutos con cuatro extremos, y logrando imponerse por 26-20.

¿Los otros dos? Eran los que cerraban la primera vuelta, tras un parón navideño en el que el de Valdevimbre apenas había tenido jugadores a su disposición, y donde esperaban los otros dos ‘cocos’ de la competición.

Primero tocaba visitar al Portland San Antonio, en un partido durísimo en el que fueron expulsados tanto Juancho como Cadenas y Zupo, y en el que con un Kasper sensacional en portería, una gran defensa y un Alberto Entrerríos decisivo en el tramo final, el Ademar se imponía por 24-27.

Ademar se alzó al liderato por primera vez ganando 28-25 al Barça con Bartok e Iker Romero exhibiéndose Y después llegaba el gran ‘ogro’, el FC Barcelona de Valero Rivera, al que recibió un Palacio de Deportes lleno hasta la bandera. Pese a la exhibición de Nagy, que siempre fue una ‘pesadilla’ para la escuadra ademarista y aquel día marcó 11 goles, Bartok e Iker Romero se echaron el equipo a sus espaldas en el tramo final y le dieron una victoria (28-25) que les encaramaba por primera vez en la temporada al liderato.

Pero quedaba una vuelta entera por delante y tras el subidón llegó el bajón, pues la arrancaron dejándose un punto en la visita al Cantabria, donde igualaron 23-23 con 12 goles de Iker Romero (incluidos los tres últimos) y en un choque bronco con tres rojas y tángana a la conclusión.

Sin embargo, de ahí hasta el momento de proclamarse campeón ya no habría más pinchazos, sólo triunfos y la mayoría de ellos cómodos. Sólo el Granollers, a quien vencían 27-29, hizo sufrir a los leoneses, que ganaban por ejemplo de cinco (29-24) al Valladolid y de ocho (24-32) al Ciudad Real.

El Ademar necesitaba ganar al Portland, tercero, para ser campeón en la penúltima jornada. Le arrasó: 34-23 Eso permitió llegar al inolvidable sábado 16 de junio de 2001, en el que el Ademar recibía al Portland , que iba tercero, sabiendo que en caso de victoria se proclamaría campeón, pues le sacaba tres puntos a un Barcelona al que debía visitar todavía en la última jornada.

Todo estaba preparado para la gran fiesta, con el ruido de los castañuelas que repartió el club atronando en un Palacio en el que estaban copadas hasta las escaleras, pero en un día así los nervios y la tensión podían pasar factura. No hubo opción para ello, pues los leoneses fueron un ciclón que con Alberto Entrerríos de líder pasó por encima de los navarros de principio a fin, ganando ya de seis a los 20 minutos y yéndose de 10 poco después del ecuador de la segunda mitad, lo que permitió iniciar antes del final unas celebraciones que explotaban cuando el choque terminaba con 34-23.

Invasión de pista, paseo triunfal por la ciudad, baño en la fuente con medio León en la calle, recibimientos... fueron las consecuencias de un éxito sin precedentes en la historia de la ciudad.
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