El día de los luchadores, el día de los olvidados

Treinta y cuatro leoneses sufrieron en los campos de exterminio nazis, sólo nueve fueron liberados y los otros murieron. El domingo se celebró el día de homenaje a las víctimas españolas del nazismo, ningún acto recordó en su tierra a estos luchadores contra el nazismo

Fulgencio Fernández
07/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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El Gobierno ha declarado el día 5 de mayo (el pasado domingo), a petición de la ministra de Justicia,como el día de homenaje a los españoles deportados y fallecidos en campos de concentración y a todas las víctimas españolas del nazismo.

Esta fecha del 5 de mayo ha sido elegida porque coincide con la conmemoración de la liberación en 1945 del campo de Mauthausen, en Austria. De hecho, la celebración institucional consistió en un acto de homenaje a la más de 8.000 víctimas españolas del nazismo celebrado en la localidad que acogió al más tristemente conocido de los campos de exterminio. Da la impresión de que la fecha hubiera pasado con más pena que gloria de no haber sido por un incidente entre la delegación encabezada por la ministra Delgado que abandonó el lugar como protesta cuando la directora general de Memoria Democrática de la Generalitat, Gemma Domènech, sacó a colación a los «presos políticos», en referenciaa los miembros del gobierno catalán en prisión preventiva.En León nada recordó la existencia de esta fecha, ni el recuerdo de estas gentes, ni la lucha de muchos que dieron la vida luchando contra el nazismo. Y eso que no fueron pocos, ya que están documentados 34 leoneses que dieron con sus huesos en estos campos de exterminio, paisanos que sufrieron lo inimaginable, como escribía uno de ellos, Prisciliano García Gaitero, en el diario que escribió recordando su paso por tres campos: Mauthausen, Gusen y Dachau: «Amigos lectores, aunque os parezca exagerado todo lo que vais a leer en este pequeño libro, es historia verdadera de una vida que discurrió durante cinco interminables años en los campos de exterminio nazis. Sabed que no os miento en lo más mínimo». Otro de los liberados, Alipio Rodríguez Omaña, ya lamentaba el olvido: «La moral es baja por lo siguiente: los países de Europa todos han quedado liberados, todos los presos y prisioneros de guerra tienen representantes que los orienten sobre su marcha hacia el país, pero nosotros no encontramos a nadie que nos atienda ¿nuestros dirigentes no saben que en este país nos encontramos la mayoría del ejército republicano español? ¿No saben que aquí han muerto a manos de nuestros enemigos más de diez mil camaradas? Es que todavía no es hora que os recordéis de sacarnos de nuestros sufrimientos? A nosotros no nos reconoce nadie».Triste realidad que no parece superarse ¿Se puede olvidar lo que sufrieron? ¿Se pueden pasar por alto testimonios como el de Prisciliano?: «Olíamos a muerte. De humano sólo nos quedaba la apariencia. Antropofagia, canibalismo, fueron inevitables. Lo devorábamos todo al instante, tal que si de fieras se tratase».

Como Alipio Rodríguez temía fueron olvidados. De muchos de ellos «nunca más se supo». Gavilanes Laso, gran estudioso de este asunto, recuerda, por ejemplo, que «las autoridades francesas comunicaron el fallecimiento de Gabriel Fernández Fierro a su madre Catalina Fierro, en Cármenes» o «Manuel Crespo figura en una lista de deportados que iban desde Gusen hasta el ‘sanatorio’ de Dachau, pero la realidad es que fue gaseado en un camión fantasma, pues ninguno de los inscritos en aquella lista llegaron al presunto sanatorio», sobre Marcelino Morán, hijo del herrero de Mondreganes, fue la Cruz Roja Internacional la que comunicó a la familia su muerte «en un hospital de Alemania»...

Hace poco más de un año la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica reclamó a la Junta un reconocimiento para los 33 republicanos leoneses deportados a campos de exterminio. En realidad eran 34 pues Máximo Fierro figura como natural de Mestas de Con, en Asturias, donde nació accidentalmente porque su padre era maestro allí y siendo niño regresó a su pueblo, Cármenes, donde ejerció de Juez Municipal pues era un liberal muy ilustrado. Nadie atendió esta petición de la ARMH ni ha habido mayores reconocimientos para estos leoneses, tan solo la Asociación Cultural de Cármenes, el pueblo con más vecinos en estos campos (4), les rindió un homenaje en 2016, al que acudieron unos emocionados familiares. Los de Gabriel Fernández lamentaban, igual que hacían ayer, este triste olvido: «A veces tenemos la impresión de que parece que estuvieron en el bando de los malos. Y lucharon contra Hitller».
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