El Día de Europa

Seguro que no te parece raro pagar en el supermercado en euros, viajar a París sin pasaporte –solo con el DNI–, que un conocido participe en un proyecto del Cuerpo Europeo de Solidaridad –o, hace unos años, del Servicio Voluntario Europeo– o que un familiar ‘se vaya de Erasmus’ a Florencia. Ni tampoco oír hablar de una obra financiada con fondos Feder, de cómo afecta la PAC a nuestros agricultores; o del fondo europeo de rescate para, por ejemplo, contribuir a paliar los efectos de la Covid-19 que tanto ha trastocado nuestras vidas…

Pero, aunque hoy no te resulte extraño, hace unas cuantas décadas era impensable… Y ha sido el paso del tiempo el que ha hecho posible ir dando forma a una Europa unida, pasando por distintas etapas y venciendo recelos –aunque aún siga habiendo algunos escépticos–, hasta llegar a la Unión Europea que hoy conocemos… y que sigue evolucionando…

Podemos situar su origen en el 9 de mayo de 1950 –apenas cinco años después del fin de la Segunda Guerra Mundial– cuando, el entonces ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman, pronunció en París un discurso en el que apuntaba que la unión del viejo continente podría contribuir a la paz mundial. Schuman proponía la creación de una institución europea que gestionara de manera conjunta el carbón y el acero producidos por la, en aquella época, República Federal Alemana y por Francia, además de otros países que quisieran adherirse. Y ellos dos, junto con Bélgica, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos firmaban al año siguiente el llamado Tratado de París y, con él, la creación de la Ceca –Comunidad Europea del Carbón y del Acero–, germen, en definitiva, de la Unión Europea.

Por eso, en la Cumbre de Milán de 1985, por la relevancia de la ‘Declaración Schuman’ –así ha pasado a la historia–, el Consejo Europeo declaró el 9 de mayo como Día de Europa. El próximo sábado –justo cuando se cumplen setenta años– estaremos, pues, conmemorándolo… aunque esta vez tenga que ser en casa.