El deporte base y no profesional, ante una temporada que pende de un hilo

El caso Fuenlabrada pone sobre la mesa la fragilidad de las competiciones fuera del fútbol profesional y la ACB para poder desarrollar esta campaña con cierta normalidad

J. A.
03/08/2020
 Actualizado a 03/08/2020
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Controles prácticamente diarios, viajes en vuelos chárter y plantas de hoteles utilizados en exclusiva no han sido suficientes para evitar un contagio masivo en uno de los 42 clubes que conforman el fútbol profesional español, una de las pocas competiciones que han finalizado o van a hacerlo correspondiente a una temporada 2019/2020 que ya no se le olvidará a nadie. La ‘burbuja’ que la ACB organizó en Valencia demostró ser un buen sistema en medio de la pandemia y, por suerte, la fase de ascenso a Segunda que la Cultural disputó en Andalucía se pudo finalizar sin mayores problemas aunque dejando claro la fragilidad que tiene el desarrollo de las competiciones que, por ejemplo, ha demostrado con los mismos protocolos la promoción a Segunda División B este fin de semana.

Es por eso que en las últimas semanas ligas y clubes de todas las disciplinas además del deporte base se plantean si será posible desarrollar con cierta normalidad la próxima temporada, donde un solo contagio, que por encima de los protocolos parecen depender casi del azar, puede paralizar una liga entera durante semanas.

Y es que fuera de lo que es el fútbol profesional y la máxima categoría del baloncesto nacional, los clubes entienden imposible cumplir un protocolo que prácticamente impide a los jugadores llevar una vida normal. Por ejemplo, en lo que se refiere al Abanca Ademar, uno de los clubes punteros del balonmano nacional, consideran por muchos motivos más que complicado cumplir un protocolo similar al del fútbol profesional, que incluso con las máximas precauciones ha demostrado fallar. Lo mismo ocurre en el Rodríguez Cleba, o hablando del mundo de la canasta, en el Pajariel Bembibre o el Ciudad de Ponferrada, que también militan en categoría nacional.

Todos ellos seguirán a rajatabla los protocolos que marquen las diferentes federaciones, que se encuentran trabajando con el Consejo Superior de Deportes en unas medidas que, según se ha desvelado, tampoco irán más lejos de las habituales actualmente en la sociedad y que van desde la desinfección de los pabellones, evitar el uso de los vestuarios, la toma de temperatura al acceso a la instalación... en definitiva las medidas que los clubes que ya han empezado a trabajar están tomando. Los tests no son obligatorios al no estar considerado deporte profesional a efectos jurídicos (solo tienen esa condición las dos primeras ligas de fútbol y la ACB) así que todo queda reducido a una cuestión de prevención... y prácticamente de fe.

El deporte base, con dudas

Si incertidumbre tienen los clubes de élite de la provincia, muchas más dudas sobre lo que va a ocurrir la próxima temporada tienen tanto los clubes de base como las instituciones educativas en lo que tiene que ver con el deporte escolar. Las federaciones ya han puesto en marcha las competiciones de cara a la próxima temporada con calendarios que poco se diferencian de una temporada normal más allá de la división de las categorías en grupos más pequeños con el objetivo de evitar en la medida de lo posible viajes especialmente en las categorías autonómicas.

A partir de ahí, poco más se sabe y es que en los reglamentos sí se están incluyendo la obligatoriedad en cumplir con los protocolos que se dispongan si bien estos no variarán mucho de los que ya están aplicando aquellas entidades que, por ejemplo, han estado organizando campus de verano.

En definitiva, como en el resto de aspectos de la vida, el coronavirus trae incertidumbre también al deporte a todos los niveles, si bien la opinión general es que, extremando la precaución, la vida, también en este aspecto, debe continuar.
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