13/11/2018
 Actualizado a 07/09/2019
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La ley de educación en España siempre ha andado a bandazos. Las leyes socialistas siempre han tenido amplia vigencia. Tal es el caso de la Logse y de la LOE. Cuando la derecha ha llegado al poder, las ha seguido cumpliendo, no dándose nunca prisa en hacer una nueva ley. Y, una vez hechas nuevas leyes por la derecha, han sido inmediatamente rechazadas y derogadas por la izquierda. Así la Loce nunca llegó a ponerse en práctica, pues lo primero que hizo Zapatero al llegar al poder fue derogarla. Y ahora con la Lomce ya estamos viendo cómo está a punto de llegar el decretazo que acabe con artículos muy significativos de la misa.

Siempre se ha hablado de la necesidad de llegar a un Pacto Educativo para alejar esta inseguridad constante. El partido minoritario de Pedro Sánchez, sin embargo, con la ayuda de los enemigos de España, lejos de pretender llegar a un acuerdo consensuado con todos los partidos, espera poder imponer su ideología sin buscar el deseado consenso. Hace falta mucho atrevimiento y cinismo para actuar de esta manera.

Una vez más la obsesión de la izquierda es meterse con la institución que más ha hecho en España en favor de la educación, o sea, de la Iglesia Católica, desde que fundó las primeras universidades hasta nuestros días, ahorrando al Estado muchos millones de euros. Y todo ello no respetando un principio fundamental, defendido por la Constitución Española, como es la libertad. No entienden que los padres, que pagan sus impuestos, tienen derecho a elegir libremente lo que consideren mejor para sus hijos. No entienden que puedan elegir libremente el colegio de sus hijos, o la formación religiosa y moral que consideren oportuna.

No se atreven a quitar la asignatura de religión, porque legalmente no pueden hacerlo en virtud de los Acuerdos Iglesia-Estado, que tienen el carácter de tratado internacional, pero tratan de poner todos los medios para los alumnos no la elijan, por ejemplo que no se tenga en cuenta el esfuerzo de los alumnos. ¿Se imaginan que la nota de matemáticas o de historia no sirviera para nada? Se da la circunstancia, además, de que es de las pocas asignaturas que los alumnos exigen libre, democrática y mayoritariamente. ¿Dónde queda el respeto al derecho de los padres y de los alumnos, garantizado también por la Constitución? ¿Dónde queda el derecho a una formación integral? ¿Puede llamarse completa una formación que no trate de buscar respuesta a las grandes preguntas por el sentido de la vida? ¡Cómo puede haber tanto sectarismo!
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