22/11/2019
 Actualizado a 22/11/2019
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Una persona que se considere liberal debe, entre otras cosas, fomentar y aplicar el espíritu crítico. Salirse del pensamiento único e intentar ver con cierta perspectiva dónde, cómo y por qué nos están intentando engañar.

Hace un par de días conocimos la demoledora sentencia de los ERE de Andalucía en la que queda meridianamente claro que, políticos socialistas y altos cargos de la Junta de Andalucía, defraudaron 680 millones de euros de dinero público.

Para los que aún les siga costando pensar en grandes cifras cuando se trata de euros, se lo diré en pesetas: 113.142.480.000. Tranquilos, no se mareen que se lo traduzco yo, 113 mil millones de las antiguas pesetas del dinero de todos los españoles que se despilfarraron sin ningún control por parte de distintos gobiernos socialistas en la Junta de Andalucía.

Una vez conocida la sentencia, yo que soy bastante curioso y un pelín puñetero, hice una ronda de llamadas a amigos expatriados de León a Madrid para que me hiciesen el favor de contarme el ambiente de indignación y protesta que se estaba viviendo a las puertas de la sede federal del PSOE en la calle Ferraz número 70.

El resultado de mis pesquisas no pudo ser más deprimente. Al parecer había congregados frente a la sede socialista una mujer de mediana edad paseando a su perro, raza labrador para más señas, un matrimonio que se disponía a graduarse la vista en la óptica que se sitúa justo en frente de la sede del PSOE y un conato de discusión motivada por un repartidor que había aparcado un momento la furgoneta en el carril reservado para los autobuses y taxis. Fin de la crónica.

No me podía creer que esa fuese la reacción ante el mayor caso de corrupción en España. Definitivamente somos marionetas que actuamos en base a unos intereses y nos manipulan desde ciertos medios de comunicación para que demos importancia a las cosas que ellos quieren y nosotros actuamos como cómplices por acción u omisión.

Quiero que piensen en una cosa. ¿Por qué esta sentencia se ha sacado una semana más tarde de las elecciones generales con la idea de no interferir con el proceso electoral? ¿No somos lo suficientemente adultos para poder tomar las decisiones que nos convengan con todos los datos sobre la mesa?

¿Por qué esta noticia de los ERE está pasando a un segundo plano sin que se perciba la misma indignación que por otros casos de corrupción mucho menos cuantiosos? ¿Por qué no nos movilizamos por enésima vez? Lamentablemente nos falta espíritu crítico y nos influyen para que nos apasionemos, temamos, nos indignemos y nos emocionemos con según qué cosas.

Y les digo más. Si te engañan una vez el culpable es el otro, pero si te engañan dos, el culpable EREs tú.
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