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El contragolpe de Estado del señor Camuñas

25/07/2021
 Actualizado a 25/07/2021
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Lo que le faltaba ya a la efímera y desgraciada II República española tras solo un lustro de pervivencia. Clama al cielo que entre sus errores le tilden también, al cabo de 90 años, de responsable de la Guerra Civil. Así lo ha afirmado en Ávila el exministro Ignacio Camuñas, para quien nuestra última contienda civil fue consecuencia del Gobierno de Azaña y sus adláteres, dando a entender que el gobierno del Frente Popular fue el verdadero culpable; pero metiendo a todos los ciudadanos de entonces en el mismo saco, al afirmar que lo del golpe de Estado fue «un fracaso de todos los españoles». ¿En qué quedamos, en la burra o los cuarenta reales? Y que es mejor olvidar en vez hurgar acusando de golpista a la derecha. Se desprende también que, a cualquier fallo de gobierno, Camuñas le hace responsable de una reacción bélica, justificando así los posibles millares de víctimas, y exentos de culpabilidad quienes la promueven. Para llorar.

Podemos, sin abrir heridas, seguir hablando en historia de la batalla de Trafalgar, la guerra de la Independencia, el desastres de Annual, o las pérdidas de Cuba y Filipinas.... Pero, ¡ay amigo!, sacar a cuento la Guerra Civil del 36, eso es seguir escarbando en el fango. De este modo volvemos, señor Camuñas, al tipo de educación que vivimos los que nos acercamos a los ochenta tacos. Metiéronnos hasta el tuétano y con calzador, en la escuela, en la calle, en la iglesia, en la radio, en la prensa, el maniqueísmo de quiénes habían sido los ‘buenos’ y quiénes los ‘malos’. Paulatinamente, merced a nuestra perspicacia, pudimos desmentir lo que nos contaban: o era una tergiversación de la realidad o una verdad a medias. Y comprobamos que el trato a los ‘malos’ fue inhumano y atroz. Pero algunos de nuestros compatriotas, como el señor Camuñas, no digieren bien que se hable y se investigue objetivamente lo iniciado en julio de 1936. como lo han hecho historiadores de la talla de Paul Preston, Julián Casanova, Ángel Viñas, Herbert Southworth, Reig Tapia, Hugh Thomas, Hilari Reaguer, etc.

Hoy no existe ninguna discrepancia entre los verdaderos historiadores que la guerra civil del 36 fue un levantamiento militar o golpe de Estado, con el apoyo decisivo de Hitler y Mussolini, contra determinadas medidas económicas y sociales que había promovido la República para sacar a España del marasmo en que se encontraba. Ello suscitó la reacción de las fuerzas más conservadoras del país. El señor Camuñas aboga por olvidar el golpe de Estado de la derecha contra cualquier innovación progresista –cuyas medidas de antaño hoy están vigentes sin ningún problema–, que a España le costó un millón de compatriotas entre muertos y exiliados, y una represión de posguerra que sorprendió por su crueldad a los propios aliados de Franco. Que por primera vez en el mundo, señor Camuñas, los aviones nazis y fascistas, no los republicanos, bombardearon a la población civil: Guernica, Durango, Madrid..., y alrededor de 1.000 muertos en Barcelona, entre ellos 118 niños. Por no hablar de lo ocurrido en Málaga, Badajoz..; y también, si señor, Paracuellos, cuyo episodio luctuoso no salió de las órdenes del Gobierno de la República, por mucho que se la inculpe, ¡Y qué decir de los discípulos de Alá, violando y matando a mujeres, vistos por las tonsuradas eminencias católicas que, no solo hacían la vista gorda, sino que, paradójicamente, consideraron estos hechos anticristianos como una santa Cruzada! Sin embargo, el golpe de Estado fue de los otros. Bonito.
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