El motivo del auge de este tipo de ciberdelincuencia se debe al aumento del tráfico en las páginas web pornográficas durante el confinamiento para frenar el coronavirus. En concreto, el consumo de porno ha aumentado en más de un 60 por ciento en España y desde la Policía Nacional avisan de que las estafas pueden alcanzar los 1.700 euros.
Desde el organismo con sede en la capital leonesa se advierte de que si se ha recibido un correo de este estilo, el usuario debe ignorarlo y no contestar. Se trata de un intento de estafa, nadie ha accedido realmente al equipo informático, ni tampoco a los contactos y no existe el vídeo íntimo que amenazan con hacer público.
El Incibe califica como "muy importante" no pagar ninguna cantidad a los extorsionadores, ni contestar al correo electrónico. Esto último sirve a los ciberdelincuentes para saber si la cuenta está activa y enviar nuevos fraudes en el futuro.
En el caso de que el internauta haya accedido al chantaje y realizado el pago de 'bitcoins', el organismo situado en el barrio de La Lastra recomienda recopilar todas las evidencias de las que se disponga (capturas de pantalla, e-mail, mensajes...) y contactar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para presentar una denuncia.
¿Robo de contraseñas?
La 'sextorsión' se envía desde una cuenta genérica de correo electrónico con el cuerpo del mensaje generalmente escrito en inglés. Aunque se han detectado diferentes versiones en cuanto al contenido, en uno de los más habituales se amenaza al usuario con enviar a todos sus contactos un vídeo en situación comprometida, grabado mientras navegaba por páginas de contenido sexual, si no se realiza el pago de la cantidad exigida en una cartera digital en menos de 24 horas.
Con el objetivo de dar más credibilidad al contenido del correo electrónico a ojos de la víctima, la estafa añade una contraseña vinculada a su cuenta. Esta clave posiblemente haya sido obtenida tras haber sido filtrada de alguna web pero, según asegura Incibe, los extorsionadores no la poseen realmente.