El confinamiento sobre cuatro ruedas

Edu y Rocío dejaron todo para mudarse a su furgoneta, con la que han estado viajando desde hace más de un año y en la que ahora están confinados en un jardín de La Bañeza

Jorge Alonso Macía
22/04/2020
 Actualizado a 22/04/2020
Rocío y Eduardo en su furgoneta, parte clave del proyecto ‘Sin código postal’ que ambos lideran. | L.N.C.
Rocío y Eduardo en su furgoneta, parte clave del proyecto ‘Sin código postal’ que ambos lideran. | L.N.C.
¿Se imaginan pasar el confinamiento en una furgoneta? Eso es lo que hacen desde el decreto del estado de alarma Edu y Rocío, dos leoneses que hace algo más de un año dejaron todo para empezar una nueva vida sobre ruedas, mudándose a su furgoneta de forma indefinida.

«Yo soy funcionario, me saqué la plaza con 25 años y no me veía toda la vida trabajando en el mismo sitio, siempre nos ha gustado viajar y decidí pedir una excedencia con la intención de hacer una ruta por Europa y volver, pero esto se ha convertido un poco en nuestra forma de vida y no nos ponemos fecha de retorno», relata Edu. Lo mismo hizo Rocío, su pareja, comenzando ambos un proyecto que bajo el nombre de ‘Sin código postal’ cuenta con una comunidad de más de 20.000 seguidores en Youtube e Instagram pendientes de las andanzas de esta pareja que durante ocho meses ha viajado por toda Europa, recorriendo más de 20 países junto a su perro Cuzco.

Es quizás por eso por lo que no llevan del todo mal este confinamiento que, por suerte, les pilló cerca de La Bañeza, donde vive su familia: «Veíamos que esto iba a pasar, así que en vez de irnos más lejos, decidimos quedarnos por la provincia y el estado de alarma nos pilló en Las Médulas. Por suerte los padres de Rocío tienen un jardín grande y en él pudimos meter la furgoneta para pasar este tiempo».

Al no estar regulado el vivir en una furgoneta, dependes un poco del policía que te toqueY es que su situación, como la de muchos otros que no tienen un domicilio fijo, no está reconocida legalmente en situaciones extraordinarias como esta, por lo que aseguran conocer «casos de gente a los que han metido en pabellones con los sin techo, otros a los que les ha pillado fuera de España, al no estar regulado dependes mucho de tener suerte con el policía que te toque».

Es por eso que celebran lo afortunado de su situación, reconociendo que «alguna vez hemos pensado qué hubiera pasado si esto nos hubiera pasado por ejemplo en Rusia, donde estuvimos hace unos meses». De cualquier forma, ellos mantienen su estilo de vida y, a pesar de estar al lado de una casa ‘normal’, continúan haciendo su vida y durmiendo dentro de la furgoneta, una vida «que es la misma, pero con dimensiones más reducidas, tenemos cocina, ducha, baño y todo lo que necesitamos. Vivir aquí nos da la oportunidad de dormir cada día en un sitio diferente y, aunque tiene sus cosas buenas y malas a nosotros es lo que nos gusta».

El coronavirus no ha cambiado la ilusión por mantener esta forma de vida que además desde hace unos meses les permite vivir de ello gracias a un canal de Youtubey una web en los que además de contar sus aventuras, ofrecen guías para camperizar una furgoneta e ir de viaje con ellas, aunque reconocen que al estar dados de alta como autónomos y estar parados se han visto obligados a pedir las ayudas del gobierno para este colectivo.

Lo que sí ha cambiado es los planes más inmediatos, que pasaban nada menos que por un viaje en bicicleta a Países Bajos. Espíritu aventurero para cambiar de vida y que no va a detener una crisis en la que están viviendo un confinamiento más que especial.
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