El confinamiento no ha terminado, aunque en León lo parezca

Cientos de personas recorrían en la mañana de este lunes las calles del centro de la capital leonesa, muchos de ellos mayores, sin bolsas de la compra ni paseando a su mascota

David Rubio
13/04/2020
 Actualizado a 13/04/2020
Imagen de la mañana de este lunes en Padre Isla, León. | SAÚL ARÉN
Imagen de la mañana de este lunes en Padre Isla, León. | SAÚL ARÉN
Han sido muchos los mensajes, muchas las advertencias que han llegado desde las instituciones y desde el resto de estamentos respecto a la necesidad de mantener el confinamiento en los hogares, la más útil de las herramientas en la lucha contra el coronavirus. Ha habido hasta ahora distintos grados de restricciones, desde la llamada “hibernación” de la economía, que consistió en paralizar toda la actividad durante la Semana Santa y la anterior. Sin embargo, este lunes 13 de abril se levantaban las restricciones para sectores como la industria y la construcción, bien es cierto que con cierta confusión por parte del Gobierno, que a pesar de haber tenido mucho tiempo durante las jornadas pasadas para aclarar qué actividades estaban permitidas y qué actividades no decidió emitir un Boletín Oficial del Estado a última hora del pasado domingo prohibiendo las obras de reforma y todas aquellas que necesitaran de concentración de persona en un mismo espacio.

Sea por la confusión generada por la forma de comunicación el regreso a la primera forma de confinamiento o sea por la irresponsabilidad de los leoneses, lo cierto es que pasear este lunes por el centro de la capital leonesa recordaba más bien a una jornada completamente normal que al fin del mencionado confinamiento. Cientos de personas recorrías las calles del centro de la ciudad, y la mayoría de ellas no portaba bolsas de la compra ni paseaban a sus mascotas. El comentario fue generalizado entre aquellos que se tenían que desplazar a su trabajo, pues no eran precisamente colas delante de los establecimientos de alimentación lo que se veía, sino paseantes sin un rumbo determinado. De no ser por las mascarillas y por el escaso tráfico, cualquiera podría pensar que la pesadilla de coronavirus había pasado de largo, algo para que lo que desgraciadamente queda mucho aún. Y lo más preocupante de todo es que muchas de esas personas que caminaban por las calles de León sin justificación alguna, expuestas a las sanciones que imponen las autoridades por ello y, sobre todo, expuestas innecesariamente al contagio, eran personas de avanzada edad, es decir, las que potencialmente son más débiles en el caso de resultar contagiadas por el Covid-19.

De momento, el Gobierno tiene aprobado el estado de alarma y la declaración del confinamiento obligatorio hasta el próximo 26 de abril. En esa fecha podría comenzar la llamada “desescalada”, es decir, el fin paulatino del confinamiento, pero que eso se pueda producir dependerá que de no aumenten los contagios y los ingresados, algo que será difícil si se mantiene el nivel de actividad de los leoneses que deciden saltarse el confinamiento sin justificación alguna. Es la hora de la responsabilidad, por duro que resulte, y quedan por delante las semanas que pueden hacerse psicológicamente más duras por la acumulación de más de un mes entre cuatro paredes.
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