El combate incesante por la vida

El exboxeador Saúl Tejada, conocido por el ‘Huracán’, y su familia prosiguen peleando a diario contra su dura y lenta recuperación tras superar nueve meses en coma en un peregrinar por hospitales de La Coruña, Sevilla y León

Carmen Busmayor
06/10/2019
 Actualizado a 16/10/2019
Saúl Tejada sigue luchando tras la mala fortuna de hace ahora tres años. |² L.N.C.
Saúl Tejada sigue luchando tras la mala fortuna de hace ahora tres años. |² L.N.C.
Saúl Tejada, nacido en el seno de una familia humilde en León en el año 1985, encofrador con una firme vocación por hacerse un hueco en el mundo boxeístico, algo que alcanzó tal demuestran sus combates en Nueva York, Inglaterra o las dos veces en que se erigió campeón de España en peso gallo. El 8 de octubre de 2016, es decir, hace tres años, su vida y la de su familia dio un duro, brusco, cruel giro tras la celebración de un combate en La Coruña en el Palacio de los de los Deportes de Riazor contra el gallego Moncho Mirás, aspirante al campeonato nacional en peso gallo hasta ese momento poseído por él. En el noveno asalto cayó en el cuadrilátero y entró en un coma durante nueve meses debido al derrame cerebral generado. Desde entonces, sin habla pero comprendiendo el lenguaje verbal acompañado de gestos, la compañera inseparable de este parapléjico de dulce carácter es una silla de ruedas conducida fundamentalmente por Isidro, su padre, para acudir a diarias sesiones rehabilitadoras a León, pues la familia, en concreto Mari Jose, leonesa, su madre, e Isidro, andaluz sevillano de Marchena, su padre, con quienes ve la luz diaria vive en el aledaño pueblo de Cembranos. Ellos, junto con el resto de la familia, con fe inquebrantable, aguardan tiempos mejores, pues este joven púgil desde aquel día de infeliz recuerdo permanece muy lejos de sí mismo.

En las venas de Saúl, desde bien pequeño, late el boxeo, algo que su padre aceptó bastante bien, pero no así su madre, quien lo llevó muy mal recelosa siempre de esta vocación que roza numerosas veces el peligro la cual aún se hace presente ahora en sus manos, aunque sea a leves borbotones, realizando un croché, un directo o un gancho al escuchar la indicación pertinente de su progenitor.

Como he avanzado hace escasas líneas Saúl ‘Huracán’ Tejada habita en un pueblecito cercano a León, el referido Cembranos, donde tanto él como sus propios padres gozaban y gozan del cariño y simpatía de los lugareños, quienes sintieron enorme agrado cuando el Ayuntamiento en su honor, obtenido el campeonato de España de peso gallo, bautizó con su nombre la calle en la que viven, si bien hay que anotar que en Internet dicha rúa mantiene su antiguo nombre de Calle García Marcos, debiendo actualizarse según el escrito figurante en la sencilla placa metálica en la cual se lee Calle Saúl Tejada. Tales vecinos, ahora conmocionados, sin abandonar el orgullo, siguen interesándose por él.

Como quiera que la situación rehabilitadora de Saúl conlleva tiempo, mucho, acompañado por abundantes gastos (ahora mismo me viene a la mente los nueve meses en los cuales estuvo hospitalizado en estado comatoso y los restantes, sin olvidar los costes añadidos posteriores ya en Sevilla, La Coruña o el mismo León) la familia del boxeo conocedora a tope de la casi desprotección económica total que asiste a este colectivo, humana y fraternal, ha realizado varias veladas benéficas destinadas a Saúl: dos en el leonés pabellón Margarita Ramos, también en la sevillana Marchena, Ponferrada, Vilecha, Cembranos y Navatejera; veladas, homenajes u otras iniciativas en las que tanto ha tenido que ver el mánager de nuestro púgil, Kike Soria, al tiempo que sigue reclamando atención para Saúl porque como él ha pregonado «el mundo del boxeo siempre recordamos y apoyamos a los nuestros, especialmente en los malos momentos».

Y bien, en esa línea de ayuda económica hay que recordar aquí previo a proseguir los diez mil dólares entregados por el Consejo Mundial de Boxeo a los padres de Saúl, agregar, además, que sus compañeros son quienes más siguen interesándose por él tal sucede, por ejemplo, con el madrileño David ‘Maravillita’, derrotado por el leonés por KO en 2016, quien asistió en León a uno de los homenajes sin perder el contacto con ellos.

Continuando con el asunto económico relativo a los boxeadores hay que incidir en su dureza. Casi ninguno puede vivir de la profesión. Saúl hasta ser profesional trabajaba con su padre como encofrador. Y no hablemos del mundo de los seguros. Sólo cuando se dan situaciones de este tipo una se percata de lo apenas amparados que están. En fin, es duro. Nadie mejor que los que lo padecen lo saben.

Estoy segura de que el ‘Huracán’ Tejada tiene memoria de lo que ha perdido en aquella casa viajera del ring. Sin embargo eso no le impide aguardar otros cuadriláteros. Posiblemente en ellos use guantes diferentes a los Charlie con los que se despidió en Riazor aquella noche de infausta memoria.

Esta mañana en que progresa octubre no luce el sol, el calendario marca briznas mojando silencios, el ‘Huracán’ Tejada, quien acaba de estrenar una silla de ruedas más avanzada, la cual le aportará una pequeña independencia me choca la mano sin que falle la sonrisa asentada en sus labios ni ese afán de superación que le ha llevado a aprender a comer con la mano izquierda, la menos afectada.

«Estamos viviendo la exitosa recuperación de ‘Huracán’». Así les gustaría aseverar pronto a los que lo aman y cuidan día tras día. Así a mí. Sea.
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