El Colegio de Santa Teresa se suma al ‘Año Delibes’

Germán Delibes, uno de los hijos del escritor, participó en un encuentro con alumnos del centro educativo con motivo de la inauguración de la exposición itinerante ‘Miguel Delibes Ilustrador. Los dibujos de El Camino'

Joaquín Revuelta
11/02/2020
 Actualizado a 12/02/2020
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El Colegio Santa Teresa acoge desde este martes la muestra itinerante ‘Miguel Delibes ilustrador. Los dibujos de El Camino’, que reúne algo más de una veintena de dibujos que el insigne escritor vallisoletano creó para una edición norteamericana de la novela publicada en 1960. Con tal motivo acudieron a la capital leonesa el prehistoriador y arqueólogo Germán Delibes de Castro, tercero de los siete hijos del escritor, del que este año se conmemora el centenario de su nacimiento y el décimo aniversario de su muerte, y Pepi Caballero, secretaria de Miguel Delibes en sus últimos años, que participaron en un encuentro con alumnos de la ESO con el fin de acercar la figura del autor de ‘Los santos inocentes’ a unos jóvenes que se están iniciando en la literatura de Delibes. «Es muy probable que estos jóvenes no conozcan la figura de mi padre, pero bueno, parece que ese es el empeño del colegio. Han declarado el Año Delibes. Van a leer a Delibes, algunos ya han empezado a hacerlo. Con ocasión de estas actividades solicitaron de la Fundación Miguel Delibes traer una pequeña exposición que hay sobre ilustraciones de una novela de mi padre, ‘El Camino’, y aquí nos encontramos para inaugurarla».

Aunque la faceta de ilustrador de Miguel Delibes sigue siendo bastante desconocida, su hijo Germán confiesa que siempre fue muy querida por el autor de ‘El hereje’. «A lo mejor es poco conocida pero a él le hubiera importado mucho saber que era conocida, porque yo creo que en el fondo se sentía más orgulloso de su faceta como artista plástico –que cultivó muy poco, por otra parte– que como literato. Él nunca tuvo demasiado claro que quería ser escritor y a los 20 o 21 años, concretamente en 1941, ingresó en El Norte de Castilla como caricaturista. Hizo muchas caricaturas para el periódico, dibujaba también, modelaba bastante bien el barro y la plastilina, y en el año 1960, diez años después de haber publicado la novela ‘El Camino’, una editorial americana le propuso, al conocer esa faceta suya, hacer unas ilustraciones para una publicación suya, una edición para estudiantes. A él le hizo bastante ilusión y me imagino que también le vendrían bien los dineros que le daban porque tenía siete hijos que mantener. Pero lo cierto es que acabó haciendo estas ilustraciones que en estos momentos están viajando por toda España».

Germán Delibes destaca que esta y otras pequeñas exposiciones itinerantes pueden considerarse el precedente de las dos grandes exposiciones que van a tener lugar con motivo del Año Delibes. «La primera de ellas es la que va a tener lugar a partir del 19 de marzo en la Biblioteca Nacional y otra en Valladolid, en su ciudad natal, en el mes de septiembre», adelanta el tercer hijo del clan Delibes, para quien todos los actos que se están preparando para conmemorar el centenario del nacimiento del insigne escritor son motivo de orgullo para toda la familia. «Muchas veces nos lo preguntamos los hijos, pero lo cierto es que al poco de morir reflexionábamos y nos dio por pensar que en la obra de Miguel Delibes además de valores literarios había también unos valores humanos importantes que merecía la pena transmitir. Eso nos llevó a crear una Fundación cuyas miras están puestas en esos objetivos de los que hablaba, y yo creo que lo del centenario con todos los homenajes y tal no es sino un poco la consecuencia de todo aquello. En todo caso a nosotros nos conmueve seguir viendo que a los diez años de muerto Delibes, que coinciden con los cien de su nacimiento, la gente aún le siga recordando. Es auténticamente conmovedor. No paramos de ir a colegios, de ir a pueblecitos, de ir a bibliotecas rurales, realmente nos llama mucho la atención porque es bastante habitual que los escritores cuando mueren no tengan la sonoridad, su nombre y su obra, que han tenido mientras viven. Y en este caso realmente la cosa no solo no ha pasado sino que a lo mejor ha ido a más».

Germán Delibes reconoce que siente León como una tierra tremendamente próxima, aunque no tanto como la sentía Miguel Delibes. «Mi padre se sentía muy leonés, sobre todo yo creo por identificarse con León como provincia truchera. Él escribió un libro que se titulaba ‘Mis amigas las truchas’ y no hay página donde no aparezcan el Esla, el Omaña, el Porma, el Bernesga, todos los ríos prácticamente leoneses. Él solía ser invitado casi siempre a la Semana de la Trucha, daba una conferencia y aprovechaba a pescar por la mañana».
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