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El cliente - dependiente

13/10/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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A raíz de la nueva nomenclatura que llevarán los carburantes en las gasolineras, para que en toda la UE utilicemos el mismo código para la gasolina y el apestado diésel, el pasado jueves se generó un interesante debate durante el programa vespertino de Onda Cero, Julia en la Onda. Antes de cerrar la entrevista a un representante de varias gasolineras, la periodista le preguntó si en sus estaciones había empleados que sirviesen gasolina o eran de esas llamadas ‘de autoservicio’, esas en las que uno mismo se sirve el producto pero el precio es el mismo.

Cuatro horas más tarde la ‘#MadreEnApuros’ y yo entramos en una gran tienda, que evidentemente no voy a citar ya que ellos mismosse jactan de no creer en esto de la propaganda, y una vez dentro, no di crédito a lo que veía: dos colas perfectamente alineadas que recordaban a la formación de un patio de colegio, y desembocaban en una especie de cajero automático en el que el personal ejerce de dependiente de la tienda, es decir, te registras tú mismola ropa en la máquina, te quitas la alarma y por supuesto, te cobras con el datafono incorporado.

Soy de los que piensa que el comercio tradicional,el ahora llamado ‘de proximidad’ marca la identidad de una ciudad. No hay entrevista en la que Javier Menéndez no nos recuerde que si no es por las luces del comercio, la ciudad estaría sumada en una triste y desangelada penumbra, como tampoco hay charla con Juan Dopico, en la que no subraye que en las pequeñas tiendas no se despacha, se vende.

Quizás ustedes también han notado que pasear por algunas de las principales calles de muchas ciudades empieza a ser algo monótono. Antes, cuando viajabas, uno de los mayores atractivos era ojear las tiendas en busca de nuevas ropas, con el fin de sorprendere ir un poco diferente, evitando a poder ser, el traje de Scalpers con el pañuelo en la solapa, tan popular el Domingo de Ramos. Ahora esa actividad empieza a ser algo prácticamente imposible, ya que vayas donde vayas, siempre están las mismas tiendas, con los mismos escaparates y las mismas luces, a veces te da la sensación de que también son los mismos dependientes.

No sé ustedes, pero yo lo tengo claro, repostaré gasolina donde haya una persona que me sirva la gasolina y sin duda compraré donde un profesional me venda y me ayude.

Y antes de terminar lanzaré una pregunta al aire: ¿Por qué será que los locales céntricos y emblemáticos los tienen siempre ese tipo de tiendas? Quizáes que son los únicos que pagan el ansia de algunos caseros.
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