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El Ciuden y el absurdo

21/02/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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El mejor proyecto expositivo de León es el Museo de la Energía. Tenemos en Ponferrada uno de los mejores museos de la técnica de España. Es mi opinión y llevo vistos unos cuantos. Sin embargo la mayoría de los leoneses no lo conocen, las instituciones no lo promocionan y los lugareños pasan de él.

En esta provincia nos quejamos muchas veces de lo que nos falta porque es verdad que tenemos carencias importantes. El problema es que en ocasiones se subsana la deficiencia y no utilizamos la solución. El Museo de la Energía es uno de esos casos.

Se trata de una instalación única en su género. No hay otra igual por la sencilla razón de que se basa en una factoría real que no tenía réplica en España en su tiempo. A partir de ahí se cuenta un relato sobre el microcosmos desarrollado en torno a la revolución industrial, que tan tardíamente alcanzó a León y más en concreto al Bierzo. Lo que el Museo de la Energía nos muestra es cómo la llegada de las primeras industrias transformó radicalmente la vida de unas comarcas inicialmente rurales.

Llegaron trabajos con máquinas, salarios regulares en el tiempo, horarios, accidentes de trabajo nuevos, médicos de empresa, escuelas de capacitación, casas con baños, emigración, desplazamientos frecuentes en tren, matrimonios entre gente de lugares alejados entre sí, pensiones de jubilación, mutuas asistenciales, sindicatos, jefes que ya no eran amos, ambición de estudios para los hijos, comidas variadas, economatos, nuevas prendas, modas de vestir, oficios nunca vistos, aglomeraciones de barrio, cadenas familiares para incorporarse a las fábricas, mujeres trabajadoras por cuenta ajena, artículos de higiene, alterne en las cantinas, días de descanso laboral y carbón para calentar las casas.

El Museo de la Energía nos muestra cómo el mundo de la aldea leonesa, el universo de la vida concejil, ese espacio de convivencia comunitario con bienes compartidos y economía de subsistencia inicia un camino nuevo hacia la sensación de riqueza del comarcano. Luego llegarían los hijos que marchaban a estudiar a la capital, las casas con cocina bilbaína o los muebles de salón que toda ama de casa ansiaba. El mundo de la aldea comunitaria leonesa, un caso especial en la antropología ibérica, no desapareció, pero evolucionó hacia un escenario nuevo en el que la agricultura y la ganadería perdieron importancia, un mundo que mató la arriería en beneficio del ferrocarril.

Todo eso y mucho más esconde el Museo de la Energía que ni el Ayuntamiento de Ponferrada ni la Diputación Provincial, ni el Consejo Comarcal promocionan como se debe, sea de quien sea su titularidad. ¡Vaya desacierto!
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