El cierre de la hostelería desploma la demanda de lechazos, cabritos y cochinillos

Las organizaciones agrarias alertaron este jueves que las medidas del estado de alarma para detener la propagación del coronavirus están afectando de manera negativa a los ganaderos de ovino, porcino y caprino de la provincia. El cierre de bares y restaurantes ha provocado un desplome de la demanda de lechazos, cabritos y cochinillos, para lo que piden abrir nuevos mercados.

En concreto, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha advertido de la «ruina» a la que se enfrentan los ganaderos como consecuencia del «cerrojazo» de la hostelería debido a la incidencia el coronavirus. Bares y restaurantes han echado el cierre, lo que ha supuesto la cancelación «de la noche a la mañana» de los pedidos a los ganaderos especializados en productos destinados a la restauración, con quienes existe «una relación muy estrecha».

El cierre de la hostelería es la «ruina» de los ganaderos de ovino, caprino y porcino, según advierte UPA El «cambio radical» que está asumiendo la sociedad en sus usos debido a esta pandemia, está generando «enormes pérdidas» a muchos ganaderos, algunos de los cuales no saben qué hacer con sus animales. «Los daños ya se están dejando sentir, sobre todo en los sectores del ovino-caprino y del porcino», denunció UPA a través de un comunicado.

La restauración es el principal destino de lechazos y de cochinillos, productos que los españoles están hoy poco acostumbrados a cocinar en casa, «a pesar de que en realidad es muy sencillo hacerlo», señalaron desde la organización de agricultores y ganaderos, que animó a los consumidores a adquirir estos productos y prepararlos en sus domicilios, en el marco de una dieta saludable y equilibrada, «más necesaria que nunca» en estos días de cuarentena.

Asaja pide a la Junta que interceda en favor de estos subsectores para encontrar nuevos mercados Otros sectores ganaderos, como el de los huevos camperos o como el lácteo, tanto de vacuno como de ovino y caprino, mostraron también su «profunda preocupación» porque, con la ausencia de turismo, muchas pequeñas queserías están viendo hundirse sus pedidos. «Nos tememos que esto provoque problemas con la recogida de la leche a los ganaderos», trasladó UPA.

UPA lanzó nuevamente un llamamiento a los consumidores, para que piensen que con sus decisiones de compra contribuyen al mantenimiento de sectores enteros, de puestos de trabajo y de zonas rurales que, si se quedan sin consumo, pueden irse a la ruina. «Es el momento para apostar por el origen España, que es el que garantiza la mayor calidad y la mayor seguridad», señalaron.

En la misma línea se mostró este jueves Asaja, que pidió a Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León que interceda a favor de los subsectores y producciones agroganaderas que, a medida que se prolongue el estado de alarma decretado por el Covid-19, pueden tener problemas para encontrar mercados, después de que estos sectores, y en concreto productos como el lechazo y el cochinillo, son los primeros damnificados de esta situación con el cierre de los establecimientos de restauración.

En lo que respecta al sector ganadero de ovino de carne, advirtieron que ya se está detectando un hundimiento de la demanda de lechazos por parte de los intermediarios, que no quieren cerrar operaciones al estar paralizado su canal principal de venta, la hostelería, y también por la imposibilidad de que haya celebraciones familiares o de otro tipo para respetar las medidas de cuarentena.

UCCL apuesta porque el Gobierno y intervenga y pide que estos productos lleguen también a las casas Desde Asaja se solicitó a la Consejería que se potencie la salida del producto al único canal que ahora está abierto, el de la distribución, ampliando la oferta de lechazos y otros cortes de cordero interesantes para los consumidores. «Es justo en esta época cuando está más barato, y además siendo de nuestra tierra ofrece las máxima garantías de sabor y calidad», subrayó Asaja a través de un comunicado. También apuntó a otras posibilidades, como que se amplíe en lo posible el consumo en comedores y otros servicios sociales y sanitarios o cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, entre otros.

El objetivo de estas medidas tiene que ser dar salida a la oferta actual de lechazo, porque por motivos climáticos la paridera de las ovejas se concentra fuertemente en estas semanas. «Para los ganaderos, no vender a su tiempo los lechazos supone un coste inasumible de alimentación, y además cuanto más grandes, se pagan peor en el mercado», señaló la organización.

Por último, la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) se ha dirigido por carta al consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, para que inste al Ministerio de Agricultura a poner en marcha «de manera urgente» la intervención pública en los productos de lechazos, cabritos y cochinillos y esté alerta por si debe ampliarse a nuevos sectores que se puedan ver afectados por la bajada de la demanda derivada de la crisis del Covid-19.
Según recordó la organización, la intervención pública es un mecanismo de regulación de mercados que consiste en la compra de los productos agrarios, por parte de los organismos de intervención, cuando se producen perturbaciones importantes en el mercado, como la actual. Estos productos son almacenados hasta que se estabilizan los precios para su posterior venta, de forma que se eviten perturbaciones de mercado.

UCCL expresó su temor de que, con el paso del tiempo, y con la continuidad de la cuarentena, los problemas sean «cada vez mayores», en una época en la que el número de nacimientos en las explotaciones ganaderas es mayor. Por ello, pidió que el Gobierno ponga en marcha medidas para paliar las dificultades de los ganaderos con medidas como es la intervención pública porque «lo que hoy no tiene mercado nos puede hacer falta mañana».