El chupe de los cuetes

a van pasando las fiestas y los que bajamos del pueblo a ver qué se cuece el capital, la verdad, no nos impresionó. Lo dijo Mediagorra:«Yo no le saqué chupe ni a los cuetes». Si llega a pensar con la gorra entera.

Es cierto —no le voy a llevar la contraria al profesor Rus Rufino que todos los años escribía bien de los fuegos artificiales—que queda bonito el cielo un rato con colorines, que parece como si el Musac levitara, pero resulta que los fuegos le quitan la mayor gracia que siempre tuvieron los cuetes, que era coger las varillas, que te pasabas todas las fiestas con ellas haciendo el cabrón por el baile.

Pero, peor aún. ¿Cómo no se juega el partido de Solteros contra Casados?, ¿puede haber unas fiestas decentes sin el partido? Mesiapraos tiene una explicación pero no sé yo. Dice él:«En el pueblo el cura juega con los casados, así es de toda la vida, pero aquí que hay obispo,. ¿qué hacemos con él? Que juegue al tute vale, pero ¿tu lo ves de carrilero? A mi me parece torpe. Ydespués, ¿se va a bañar al río?, ¿con un Meyba como el de Gutiérrez?, no es fácil la cosa».

Y, sobre todo, no hay pelea oficial contra los del pueblo de al lado. No os pongáis estupendos que una pelea a mano abierta, de cuatro ostias de media por persona, que se soluciona con dos tiritas y un poco mercromina no hace daño a nadie y es una tradición que hay que conservar ¿Osea que se le pueden entregar 100 doncellas al Califa y no se le pueden dar cuatro ostias al vecino?