El Celorio con los más pequeños

Una corta e interesante ruta artístico-literaria que narra una historia de ficción y presenta varias piezas escultóricas

Vicente García
31/03/2023
 Actualizado a 21/06/2023
El camino continúa para subir al siguiente panel. | VICENTE GARCÍA
El camino continúa para subir al siguiente panel. | VICENTE GARCÍA
La historia del Celorio es un relato de ficción escrito por José María Menéndez López y se reparte en ocho paneles que van sucediéndose a lo largo de la primera parte de la ruta, en la ascensión.
Los habitantes del pueblo, en colaboración con el escultor Amancio, han creado esta ruta llena de pasajes literarios y artísticos, con esculturas del genial Amancio: una mano que emerge el suelo y un trasgo, con sus respectivos mensajes, así como el poema del mismo Juan Carlos Pajares al cruzar el río Casares después de la carretera. El diseño de esta ruta data de julio de 2016 y de esa época es la primera escultura, la de la mano.

Se trata una ruta que ha aparecido en estas mismas páginas el 20 de septiembre de 2019, coincidiendo con la colocación del trasgo y es un recorrido sencillo, con una cómoda subida que tiene varias paradas en las que los mayores pueden ir contando a los niños la historia si no saben leer y, en caso de que sepan, pueden leerla ellos mismos. Los niños disfrutan encontrando las esculturas, viendo los textos y escuchando las historias de la ruta. Como novedad cabe destacar que en octubre del año 2022 han inaugurado un columpio bastante elevado con la vista en las montañas del Sur de la localidad.

Es una ruta muy bien señalizada, no solo por los habitantes de Paradilla, sino por establecimientos hoteleros de Geras, como el Entrepeñas que han hecho una excelente labor de señalización en toda la zona.

La ruta

Comienza la ruta en el primer panel situado al Sur de la localidad de Geras, en un amplio aparcamiento al lado de la carretera y del río, donde desemboca el arroyo Valdegrillo, que se va a seguir. A partir de este punto, un gran panel en acero cortén, como el resto con el título de la ruta y un dibujo de Amancio, se comienza la ascensión tomando el camino de la derecha en el primer desvío, ya que el otro va a una granja. Continuando la ascensión por la parte alta del valle de Valdegrillo se van contemplando los sucesivos paneles, con vistas a la localidad de Geras, y ya elevándose algo más se pueden ver las siluetas de las Tres Marías al fondo entre las montañas cercanas del Sur.

Al final el valle se cierra en un camino estrecho y empinado dejando siempre a la derecha las peñas del Abesedo, para ir por un sendero abierto hacia una amplia explanada que sigue en ascenso, aunque con menor desnivel, hasta que se encuentra la sorpresa de la mano que emerge del suelo, una escultura de Amancio.El camino sigue hacia arriba, a la cresta que baja del Abesedo, donde se encuentra el siguiente panel, para subir si se desea a la cumbre desde donde hay una excelente vista a Geras y todo el valle del río Casares. Bajando de nuevo hasta el panel se sigue muy poco por la cresta bajando hacia la izquierda al camino al que se llega muy fácilmente a través de sendas entre los prados. Una vez en el camino se encuentran los últimos paneles, mirando hacia las cumbres de los Amargones.Al final se sale a la carretera siguiendo un corto trayecto de subida hasta el pueblo de Paradilla, donde se puede descansar, subir hacia la iglesia o disfrutar del bar de la Abubilla si se encuentra abierto. En los últimos tiempos se ha instalado en la parte alta de la localidad un gran columpio con vistas a las montañas de los Amargones.Después de visitar el pueblo se vuelve a la carretera y se anda unos metros para salir hacia la izquierda por un camino señalizado con dos varas al lado de la carretera y recientemente acondicionado que baja entre chopos corpulentos hasta darse de bruces con unas rocas donde, en la parte alta, se encuentra el trasgo y, abajo,  el panel informativo con su historia.

Visitado el trasgo se continúa el descenso, siguiendo el antiguo camino de subida y bajada al pueblo, ahora un sendero, que va paralelo a la carretera a veces, otras por una zona diferente y otras la cruza. Es un camino cómodo, flanqueado por hermosas sabinas y en un vertiginoso descenso. En una ocasión hay que bajar con cuidado a la estrecha carretera de subida a Paradilla y cruzarla para, después de un interesante recorrido, acabar en la LE 473, que va de Pola a Geras, más ancha y con vehículos que circulan a mayor velocidad. Con cuidado, se cruza esta carretera en dirección al puente, que también se cruza, para detenerse ante el último panel de la ruta, un poema de Juan Carlos Pajares. Se sigue por el camino de los Puertos de Verano y en el primer cruce se va hacia la derecha continuando en las proximidades del río, pues el camino de la izquierda es el del Llar del Trasgo que sube por el arroyo de Focescura y no se debe seguir. Hay que pasar praderas y zonas boscosas muy agradables, sobre todo para el verano, saliendo a veces a un camino que hay a la izquierda algo perdido y al finalizar, cuando el río se encajona, hay que ir hacia la izquierda, subir un pequeño colladillo para caer en la ruta de la Boyeriza, vadeando el arroyo y desde allí salir a la carretera y, por el lado interior del quitamiedos, continuar hacia el punto de partida donde finaliza la ruta.


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