El castillo de Ponferrada contará con cámaras para evitar el vandalismo

La titular de Cultura anuncia que se costearán con presupuesto propio y que, de localizar a los autores, se les impondrán penas de realización de trabajos para la comunidad

Mar Iglesias
27/06/2022
 Actualizado a 27/06/2022
Uno de los graffitis detectados hace un tiempo cerca de la cueva de la Mora.
Uno de los graffitis detectados hace un tiempo cerca de la cueva de la Mora.
Tras los últimos actos vandálicos que tatuaron de pintadas el lateral del castillo de los Templarios que da a la ladera del río, la concejala de Cultura, Conchi De Vega asegura que, las medidas que se han adoptado son las de estudiar la instalación de cámaras de vigilancia, con el fin de detectar actos vandálicos y evitarlos.

Pese a que es una medida de la que se había hablado con anterioridad por la corporación saliente, que la descartó por diversos conflictos que consideraba que había con la legalidad, ahora De Vega considera que es la mejor opción para evitar que se sigan lamentando daños, cada cierto tiempo, por pintadas malintencionadas a un patrimonio medieval, joya del turismo de la ciudad. Además,De Vega anuncia quese ha concretado que, de detectar a alguno de los autores de esos actos vandálicos, se les impondrá la realización de trabajos a la comunidad, cuando sean menores. Pero sin olvidar que el Código Penal y la normativas estatal y autonómica establece medidas sobre la especial protección de los bienes que conforman el patrimonio histórico con penas incluso de prisión si se le hace algún daño.

Las últimas pintadas que se registraron en el exterior de la fortaleza fueron hace algo más de un mes, aunque consiguieron eliminarse. Eran firmas o sellos de distintos colores, aplicada en los muros exteriores, coincidiendo con la entrada a la Cueva de la Mora y también en la parte arreglada del Castillo Viejo y en un muro de piedra, que también fue mejorado por la Escuela Taller hace unos años, en la calle Tras la Cava.

Los daños fueron reparados, aunque los actos vandálicos se dejan ver de otra manera, tanto en las luminarias exteriores del Castillo como en la suciedad del entorno que cae al río, donde los botellones de fin de semana son constantes y dejan su huella en esa zona.

Una práctica repetida

Aunque la ciudadanía se eche las manos a la cabeza con estos actos vandálicos, no son nuevos y se repiten con cierta cadencia. De hecho, el Servicio de Patrimonio detectó, el 9 de abril de 2021,tres pintadas realizadas sobre muros y estructuras situadas en diversas zonas. También en ellas se ha actuado para que no dañen la imagen del Castillo y su entorno y, por suerte, esas obras no han supuesto daños a la piedra ni a los morteros. De todos modos, parece cuestión de cruzar los dedos que este tipo de actos no se repitan. Y también se deja notar la necesidad de cuidar esa ladera, cuyas barandillas de madera de bajada y subida al río están en muy mal estado y los restos de los botellones siguen afeando una panorámica que, por lo que representa para la ciudad, debería de ser modélica.
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