Pese a que es una medida de la que se había hablado con anterioridad por la corporación saliente, que la descartó por diversos conflictos que consideraba que había con la legalidad, ahora De Vega considera que es la mejor opción para evitar que se sigan lamentando daños, cada cierto tiempo, por pintadas malintencionadas a un patrimonio medieval, joya del turismo de la ciudad. Además,De Vega anuncia quese ha concretado que, de detectar a alguno de los autores de esos actos vandálicos, se les impondrá la realización de trabajos a la comunidad, cuando sean menores. Pero sin olvidar que el Código Penal y la normativas estatal y autonómica establece medidas sobre la especial protección de los bienes que conforman el patrimonio histórico con penas incluso de prisión si se le hace algún daño.
Las últimas pintadas que se registraron en el exterior de la fortaleza fueron hace algo más de un mes, aunque consiguieron eliminarse. Eran firmas o sellos de distintos colores, aplicada en los muros exteriores, coincidiendo con la entrada a la Cueva de la Mora y también en la parte arreglada del Castillo Viejo y en un muro de piedra, que también fue mejorado por la Escuela Taller hace unos años, en la calle Tras la Cava.
Los daños fueron reparados, aunque los actos vandálicos se dejan ver de otra manera, tanto en las luminarias exteriores del Castillo como en la suciedad del entorno que cae al río, donde los botellones de fin de semana son constantes y dejan su huella en esa zona.