El castaño del que sale vino

Había tenido noticia en su día de que en Portela de Aguiar –un pequeño pueblo del municipio de Sobrado, en el oeste del Bierzo, lindando ya con Ourense– había un castaño del que salía vino. Y, hace ya algún tiempo, me acerqué hasta allí para poder ser testigo de aquel ‘milagro’… Y es que, de alguna manera, casi podríamos decir que es tal; y no porque el vino brote del tronco de forma sobrenatural, sino porque todo aquel que pase por delante puede, con total libertad, abrir el grifo y servirse. Y gratis.

Y todo, gracias a Luis Testa, un vecino del pueblo; un hombre amable que, el día que me presenté allí en busca de aquel castaño, no tardó ni un segundo en dejar sus quehaceres –estaba con las gallinas, me dijo– para enseñármelo y charlar un buen rato… con un vasín de vino –del que sale del castaño, claro– de por medio.

Luis Testa –me contó– nació en Biobra, un pueblo que está a cinco kilómetros de Portela –pero por un camino sin asfaltar; veinte si es por carretera–, al otro lado de la Serra da Enciña da Lastra –que así se llama en gallego–, ya en la provincia de Ourense; pero su mujer, con la que se casó hace ya más de medio siglo, sí es de Portela… Él se había dedicado toda la vida a la construcción y, una vez jubilado, comenzó a trabajar la madera. Una muestra de su labor se encuentra a la puerta misma de su casa, en donde tiene un par de esculturas y dos bancos hechos por él, además del castaño del que estamos hablando. Este lo hizo en 2010 –tenía entonces 73 años–, a partir de un tronco que vació y al que puso en su interior un depósito para el vino; y que, a su vez, es asiento.

El vino, dicho sea de paso, también lo hace él, en casa –no le supone demasiado gasto, me decía, y le alegra ver a la gente parar en el castaño– y nunca falta. Me enseñó, además, su bodega y, por si fuera poco, me regaló una botella, que ha estado esperando el momento idóneo… Y hoy –por qué no– es un buen día para abrirla y brindar por Luis Testa y su generosidad. ¡A su salud!